«En Comadres nos hacemos cómplices»

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE

OURENSE

La noche más femenina del entroido se festejó a lo grande en Verín y Ourense

21 feb 2020 . Actualizado a las 18:39 h.

Comadres es el día del entroido dedicado a las mujeres por excelencia. Y, un año más, la noche no defraudó. Esta celebración tradicional de Verín hace mucho que se contagió a otros puntos de la provincia, incluida la capital. La mayoría de restaurantes del municipio colgaron el cartel de completo para esta noche, en algunos de los casos desde las cenas del año anterior. «Los grupos reservan de un año para otro, por eso son las mismas comadres las que vienen, aunque siempre quieren añadir a más comensales en cada mesa porque es una fiesta a la que se anima todo el mundo», dice Antonio Álvarez, propietario del restaurante Brasil. En él, comieron, rieron y bailaron al ritmo de las charangas, un total de 421 personas, entre las que estaban Rosi Triay y sus amigas. «Venimos aquí desde hace veintipico años y nos encanta porque el momento cena es de lo más divertido de la noche», dice. En esta ocasión, apostaron por el disfraz de charlestón, llenas de joyas y flecos. «Lo que más nos gusta de esta fiesta es el hecho de que todas las mujeres estamos en la misma onda y hay una desinhibición total. Empatizamos, nos hacemos cómplices y, por supuesto, prohibimos el paso a los hombres», admite Rosi.

«A las mujeres hay que tratarlas bien siempre y esta noche son las que mandan», afirma Antonio. Están de acuerdo María Domínguez y sus amigas, unas sandías muy peculiares. «Esta noche es para nosotras. En nuestra pandilla incluso vienen amigas de fuera y nos las arreglamos para coser y hacer los disfraces allá donde estemos. Esta vez vamos de sandías aunque nunca falten nuestros vestidos de fantasía», cuenta María. Y añade: «Nos gustan todos los días del entroido, como buenas verinenses, pero este es el día más importante».

Si bien es cierto que en Verín son expertas en esta fiesta, las ourensanas de la capital cada vez se animan más a seguirles el paso. «Fuimos de las primeras en celebrarlo en Ourense y así seguiremos hasta que ya no podamos más», dice Chelo Nogueira. Su grupo lleva más de quince años celebrando comadres. Los disfraces que ellas mismas confeccionan son ya casi una tradición del entroido de la capital. En esta ocasión se las ingeniaron para crear el Salón Jenny, con rulos y secador incorporado. Incluyeron las revistas de moda y cotilleos y, especialmente, el buen humor. «Es una costumbre estupenda, una noche muy nuestra que tenemos que aprovechar y mantener. Empezamos a pensar de qué vestirnos al terminar la Navidad», relata Chelo. Aunque cuenta esta pandilla que el jueves de comadres comenzó celebrándose en el restaurante Pingallo, en donde ellas ya participaban, con el paso de los años la fiesta se trasladó a otros restaurantes para ganar espacio. Ellas son fieles a la fiesta del Liceo, pero también se celebra en el San Miguel o en El Coto.

Más de quinientas mujeres se dieron cita en los salones del espacio cultural ourensano. Entre los grupos más jóvenes que acudieron al Liceo, uno muy especial para Chelo, el de su hija, Paula Araújo Nogueira, que este año no se lo quiso perder. «Desde que era una niña veo cómo mi madre disfruta a lo grande con esta fiesta, así que lo llevo en las venas. Eso es lo que nos animó a unirnos», explica Paula. Casi una quincena de chicas, vestidas de auténticas aviadoras, a quienes no les faltaron ni las avionetas, ni las ganas. «Es nuestro cuarto año y sumamos tan buenas experiencias que creo que de aquí ya no nos mueven», apunta Olalla Feijoo, otra de las amigas.