La pandemia lo ha trastocado todo. Hasta el concepto de vida saludable.
30 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La salud es lo primero. Hasta hace poco, nos decían que para tener una vida saludable había que alimentarse bien, hacer ejercicio y evitar tóxicos. Lo del ejercicio fue ganando adeptos y fomentándose contra el sedentarismo. En las clases de Educación Física los alumnos conocen y practican distintas modalidades. Nada que ver con mis tiempos de EGB o BUP, en los que como mucho echábamos alguna carrera o jugábamos al brilé o al fútbol en el patio. Invirtiendo tiempo y dinero en la formación de técnicos e instalaciones, se consiguió llevar no solo a las ciudades sino también a los pueblos, modalidades que antes no tenían oportunidad de probar los niños. Toda la vida los niños jugaron con balones en la calle, al fútbol, y las niñas más ágiles daban volteretas o patinaban. Pero se hace de otra manera -bien- si alguien te enseña desde la base, con fundamentos técnicos, y ayudándote a progresar individual y colectivamente. Otra cosa es la competición, que ayuda a crecer y a motivar, pero que puede resultar discriminatoria y contradictoria en el deporte base. La pandemia lo ha trastocado todo. Hasta el concepto de vida saludable. Prima la salud pública. Y algunos Concellos ourensanos temen poner en marcha actividades de formación deportiva. Xinzo insta a sus clubes a que no compitan. Si en mi infancia estábamos limitados por falta de medios y de monitores, lamentablemente los niños de estos tiempos se ven abocados a renunciar a moverse libremente o a adaptar su actividad a lo que puedan hacer con la boca tapada. Y se adaptan, aunque sea triste verlos así.