Desde Córdoba a Ribadavia para ser parte de «Generaciones Docentes»

Javier González Sobrado
JaVIER G. SOBRADO OURENSE / LA VOZ

OURENSE

En el acto participaron, el delegado territorial de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, y la alcaldesa de Ribadavia, Noelia Rodríguez, entre otros
En el acto participaron, el delegado territorial de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, y la alcaldesa de Ribadavia, Noelia Rodríguez, entre otros CEDIDA

El CRA Amencer dio la bienvenida a la fundación Princesa de Girona

14 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No es solo cosa de la aldea de Francelos, o de Ribadavia, o de la provincia de Ourense. Es cosa de toda Galicia que llueva. Y esto, malo para algunas cosas -como para el acto de recepción a representantes de la Fundación Princesa de Girona que la Xunta celebró este martes en el CRA Amencer, en Francelos-, puede ser bueno para otras, como recibir con los brazos abiertos a Arturo Igorevich Perevoznyk Valdés, uno de los alumnos de Educación Infantil elegido para participar en la segunda edición de «Generaciones Docentes». Se trata de un programa de la Fundación Princesa de Girona que busca ofrecer, a estudiantes de carreras de la rama educativa, la posibilidad de formarse y desarrollarse como profesores disfrutando de un período de prácticas en escuelas rurales de Galicia, Extremadura y Aragón.

Desde la seca Córdoba -y llana, decía Machado- hasta el corazón del Ribeiro. Arturo accedió al programa mediante «uno de esos correos que envían las universidades a sus alumnos y nadie lee». Natural de Encinarejo, una localidad de poco más de mil habitantes en la provincia andaluza, aunque residente y estudiante en Córdoba capital, nada más ser aprobada su solicitud para participar en el programa, este universitario fue destinado a Esparragosa de la Serena, en la provincia de Badajoz. «Lleno de olivos y en mitad de la nada. Un páramo», explica. Pero, mediante llamada a la Fundación Princesa de Girona, Arturo consiguió cambiar su destino a Galicia, y en concreto a la provincia de Ourense. En el último mes y medio, ha rotado por los centros de San Paio, San Cristóbal y Francelos, donde realiza sus prácticas actualmente.

Aquí se ha encontrado con una realidad bastante diferente a la de su Andalucía natal, en todos los planos. A nivel general, lo que más valora es el paisaje, su sinuosidad, y el estatus de tierra de los mil ríos que corona a Galicia. «Vivo en Ribadavia, y tener el río a tres minutos o vivir en una casa antigua, con buhardilla, que yo jamás había tenido buhardilla, es una gozada. Me encanta todo. El paisaje, la comida, la bebida, el vino, ¡que vaya vino que hay aquí!». El idilio es real, y a parte de estirar su estancia en el Ribeiro durante este verano, Arturo ha llegado a pensar en ligarse más fuertemente a la localidad. «Estoy muy contento, de hecho he empezado a mirar pisos y todo, para ver si podría comprar uno», afirma.

En el plano educativo las cosas también han cambiado para él. Evidencia de ello, la poca densidad de población en edad infantil de las zonas rurales de la provincia. «En algunos casos hemos sido tres profesores para siete u ocho alumnos. Que haya pocos niños, para ser profesor, es una gozada, y además son buenísimos», apunta.

Esta realidad de la provincia fue uno de los puntos en los que hizo hincapié Gabriel Alén, delegado territorial de la Xunta en Ourense, en el acto pasado por agua de este martes. «Unha sociedade rural nunha escola rural como na que nos atopamos é un foco acendido de valores, relacións e comportamentos», subrayó ante Sandra Camós, responsable de Proyectos Educativos de Princesa de Girona; Noelia Rodríguez, alcaldesa de Ribadavia; y Raquel Rodríguez, directora del CRA Amencer, entre otros representantes políticos y del entorno educativo.

Y también ante los niños del centro, cuatro de los cuales dieron la bienvenida a los representantes de la fundación en gallego, castellano, catalán e inglés. «Benvidos e benvidas á nosa escola», recitaron los niños en las cuatro lenguas a todos los presentes, aunque focalizándose en los que, desde hace mes y medio y hasta este verano, aprenderán de ellos y con ellos para en el día de mañana ser grandes profesores.