Los alumnos del Seminario Menor «regalan» un minigolf a la ciudad de Ourense

Javier González Sobrado
javier g. sobrado OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Construyeron cada uno de los hoyos siguiendo sus propios diseños y con material reciclado
Construyeron cada uno de los hoyos siguiendo sus propios diseños y con material reciclado MIGUEL VILLAR

Son dieciocho hoyos que los escolares han construido en el mirador del centro

17 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Como todas las ciudades, Ourense cuenta con una serie de lugares de referencia para observarse a sí misma. Son muchos los miradores que, a causa de su situación hundida en el curso del Miño, rodean la capital, y en el Seminario Menor está uno de los que más visitas reciben por parte de los ciudadanos.

Aunque dentro del recinto del centro, este siempre permanece abierto para que los ourensanos puedan llegar en sus coches y observar la vista de la ciudad, con los puentes sobre el río y todo el skyline urbano del centro y demás barrios. Ahora, además, y gracias a los alumnos del Seminario Menor y a su profesor de Tecnología, Álvaro Leis, los ciudadanos de Ourense cuentan, en las inmediaciones del mirador, con una pista de minigolf, gratuita, y abierta a todo el público.

Se trata de una actividad que han realizado en el marco de Voz Natura, un programa de La Voz de Galicia desarrollado por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre y patrocinado por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, la Diputación de A Coruña, la Fundación Alcoa, El Corte Inglés y la Fundación Ramón Areces.

El minigolf se conforma de dieciocho hoyos -uno todavía está en construcción-, que cuentan con el diseño de cada uno de los dieciocho alumnos participantes. Para configurar este espacio recreativo los escolares usaron todo tipo de materiales reutilizados, como botellas de plástico para realizar túneles o restos de la poda que ellos mismos efectuaron para cartelería. Y también otro tipo de materiales naturales como piedras y el propio terreno, que en muchos casos modificaron para crear todo tipo de obstáculos o sendas que la bola debe recorrer si el jugador en cuestión quiere alcanzar el hoyo en el menor número de golpes posibles. «Lo único que no es reciclado es la malla anti-hierbas que lleva cada uno de los hoyos, y un metro cúbico de gravilla que hemos comprado para delimitarlos», explica el profesor.

Además, los alumnos también han construido sus propios palos de minigolf, aprovechando también los restos de la poda, y acoplándolos a varas de madera que funcionan de empuñadura. «Hemos pensado en dejar un par de palos aquí fuera, para que quien quiera venir a jugar no tenga que traerlos», dice Leis.

A parte del minigolf, el espacio cuenta ahora también con un «sofá de botellas». Se trata de un asiento hecho de material reciclado. Los escolares guardaron los papeles de sus bocadillos durante meses, los metieron en botellas de plástico, y con esto y otros materiales reciclados construyeron un sofá al que cualquier ourensano puede acceder para disfrutar del entorno calmado y natural que caracteriza a esta parte de la ciudad.