Un Ourense CF pletórico echa de la Copa del Rey al Real Oviedo (4-2)

El único equipo que no ha ganado un partido en las tres primeras categorías del fútbol español apeó de la Copa del Rey a un Real Oviedo al que superó en corazón y en fútbol. El Ourense CF se lo mereció de cabo a rabo y volverá al bombo, tras reaccionar a dos goles en contra, para ganar 4-2.

El tanteo inicial duró los cinco minutos de cortesía. Una de las carreras profundas de Hugo Sanz por el carril zurdo rompió la tregua, con un centro que repelió a córner el capitán carbayón, Dani Calvo. Desde el banquillo de Luis Carrión espoleaban a los suyos, que se esforzaban más en hundir a los anfitriones y, además, hicieron daño en su primera incursión. El francés Haissem Hassan desbordó por la derecha con velocidad y el mismo Sanz intentó frenarlo a la desesperada, cometiendo un penalti con escasa discusión. Los visitantes pusieron toda su confianza en Josip Brekalo y el croata la rompió lejos del alcance de las manos de Alberto Sánchez.

Había transcurrido poco más de un cuarto de hora y el motivado Brekalo firmó un eslalon por la banda siniestra que culminó con disparo alto. Fue solo un espejismo, porque los del Tartiere comenzaron a especular con el marcador. Los de casa no bajaron la mirada.

La lesión de Iker Punzano le entregó el testigo a Omar y el extremo catalán volvió a encender la chispa ourensana. Un doble regate suyo enloqueció a la grada, pero su centro al corazón del área le quedó a atrás a un David Muñoz que ya brillaba en la medular. A los asturianos les valía el ritmo cansino y los anfitriones se agigantaban por momentos. En una acción ensayada desde la esquina, el hiperactivo Sanz se la puso al segundo toque a Amin y el chut del ariete en óptima posición tropezó en el bosque de piernas. Para la antesala del descanso quedó lo mejor. Misil teledirigido de Omar que sacó Moldovan en espectacular estirada. Camino de vestuarios, más de un ourensano creía en la remontada y esas sensaciones solo se acentuaron en la reanudación. Omar siguió percutiendo por banda y Cordero Vega tarjeteó a Amín en un derribo de Lucas Ahijado dentro del área. O Couto vibró por fin, después del enfado. Omar se fue de nuevo por su avenida y sirvió para Jerin en el área. El ocho sacó escuadra y cartabón, antes de mandarla a guardar e incendiar el estadio con el 1-1. Carrión no esperó más, así que dio entrada a uno de sus referentes, Santiago Colombatto, al que acompañó del juvenil Pablo Agudín.

Sofocaban la rebelión del modesto como podían y se juntaron Forés con Luka Ilic, para que el serbio casi imitara el gol de los anfitriones, poniendo su sello particular al 1-2. El Ourense CF volvió a superar en carácter al que partía como favorito. Quiso más y se dejó la piel. Aranzabe le envió un regalo a David Muñoz que tapó bien Moldovan. Sanz y Jelbat se sumaban al área rival, a la carrera y en la estrategia, pero el cancerbero se mostró seguro. Jerin tuvo otra clara y, aunque Fede Viñas pudo matar el partido si no se adornara tanto, los de azul siguieron remando.

El talentoso Agudín colocó el cuero en la escuadra con clase, pero los visitantes no estaban. El recién incorporado Kensly cabeceó un centro de Omar y puso la bola en la escuadra. Era el aviso del delirio. Estrategia lateral de Nacho Castillo colgada al área y allí emergió Aymane Jelbat para empatar. Prórroga como premio para el que nunca se rindió.

Convicción

En el tiempo extra, las categorías eran solo un recuerdo. Los locales lo vieron claro y se lanzaron a la piscina. Amin volvió incordiar en el área y cedió a Omar. No le pudo pegar mejor: 3-2. Ya solo había un equipo en el campo, los ovetenses eran un juguete roto en manos de los inquilinos de O Couto. Amín hurgó en la herida tras un claro penalti y transformó el 4-2. Incluso Guerrero pudo firmar la manita en el 120, pero se topó con Moldovan en otro chut desde los once metros. Ya era anecdótico.

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