«En vez de irnos de vacaciones este puente vinimos con los niños desde Barcelona a Ourense para reforestar terreno ardido»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Un vecino de Carballeda de Avia reunió a familias de toda España para plantar 250 castaños en su aldea

07 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El puente de diciembre podía haber sido un momento para viajar o descansar, pero medio centenar de voluntarios de toda España decidieron invertir su tiempo en reforestar el terreno ardido este verano en A Veiga. En este núcleo de Carballeda de Avia, el vecino Fernando Blanco tiró de contactos y amigos para recuperar el monte de su infancia. Familias con niños llegados desde Murcia, Cataluña, Extremadura o Alicante trabajan este fin de semana plantando 250 castaños en un suelo todavía negro. «En vez de irnos de vacaciones, preferimos venir y ayudar», cuenta Jaume Devesa, que se trasladó desde Barcelona.

Fernando nació en A Veiga, pero pasó prácticamente toda su vida en Pontevedra. Después de la pandemia regresó a la aldea de O Ribeiro y, aún con la casa sin terminar de reformar, este verano vio cómo ardía el bosque hacia el que mira el pueblo. Pocos días después de que las llamas cesasen se lanzó a organizar por su cuenta una reforestación voluntaria. Él es paisajista y tiene una línea de venta online de jardinería, así que convocó a sus conocidos virtuales de grupos de acuariofilia y la respuesta fue inmediata. Recaudaron dinero para comprar 250 castaños y cerraron las fechas de 6 y 7 de diciembre para pasar a la acción. El viernes llegaron a Carballeda de Avia unas cincuenta personas de diferentes puntos de España, para quienes en su mayoría era la primera vez en Galicia. Todos están vinculados al mundo de la acuariofilia y habían hablado por redes sociales, pero apenas se conocían las caras. Su presentación salió rodada porque tenían un objetivo común: «Ayudar a la tierra, a la naturaleza».

Con colaboración del Concello, instalaron una carpa junto a la iglesia de la aldea donde se reunieron a primera hora de la mañana para concretar las labores. Lo primero fue abrir un camino que llevaba 20 años cerrado para transformarlo en una ruta circular a pie o en bici. «Además, así hay muchas fincas que volverán a tener acceso», apunta Fernando. En la parte superior de los muros que delimitan ese sendero es donde plantarán los castaños. Se trata de un terreno de 1.400 metros del que quitaron la maleza quemada y limpiaron para que nazcan los nuevos árboles. «Plantamos castaños específicos para Galicia, micorrizados con boletus en la raíz y resistente a la avispilla. Es la variedad soutolongo, mixto para madera y para fruta», explica Fernando. Emplearon abono con potasio para la raíz y utilizaron tierra vegetal para que crezcan rápido. Además, libraron de arbolado la zona reforestada para que no tengan sombra. «Es un gustazo que todo el mundo se haya volcado tanto», presume el ourensano. De hecho, algunos de los compañeros que no pudieron venir vendieron rifas o acuarelas en sus ciudades para apoyar la causa.

Uno de los comprometidos voluntarios es Jaume Devesa. Vino desde Barcelona aunque A Veiga ya es un lugar conocido para él. Viene cada año el 15 de agosto para pasar las fiestas con Fernando. «Esta vez estábamos montando la fiesta y empezó a arder así que nos pusimos a ayudar», recuerda. El catalán sintió impotencia porque «uno ama la tierra aunque no sea la suya» y también le pesa el abandono de los pueblos gallegos. Por eso no dudó en ayudar a Fernando con la recaudación y en participar en la reforestación. «Queremos que no se pierda este monte y actuar a largo plazo para que tenga impacto real», defiende. Tampoco dudó en unirse Natalia, que hizo junto a su pareja un viaje de 10 horas desde Murcia en coche por una buena causa. Ellos solo habían estado una vez en Galicia, visitando a Fernando justo antes de los incendios: «Esto es una maravilla, el pulmón de nuestro país». Dijo que sí a la primera y prefirió trabajar a tener vacaciones este puente, pero «con gusto». También Dayana, colombiana de nacimiento pero residente en Torrevieja, decidió que esta fuera su primera vez en Galicia: «Es toda una experiencia de aprendizaje y ayuda».

Concienciación y aprendizaje para los niños y un ejemplo para un colegio de Murcia

Entre todos los voluntarios hay un importante grupo de niños, ya que se trasladaron familias completas. Precisamente enseñar a las futuras generaciones era uno de los objetivos de la reforestación. «Esto lo hicimos en parte por ellos, para que vengan dentro de diez años y vean los árboles que plantaron. Es la experiencia que ganan y los valores que les podemos dar», defiende Jaume. Después de la mañana de trabajo, por la tarde comen, realizan una pequeña caminata para conocer la zona y también tienen un momento de reflexión. Fernando explicó a todos, pero especialmente a los más pequeños, cómo fueron los incendios, por qué ardió tal cantidad de territorio, qué especies son las idóneas para reforestar o la necesidad de dinamizar el rural. «Los niños están disfrutando un montón y además toman conciencia», asegura el ourensano.

Natalia es profesora de primaria en Murcia y convertirá la acción solidaria de A Veiga en materia de clase: «Pretendo hacer un proyecto y llevar todo esto al colegio, cuando hablamos de ecosistemas y tipos de plantas». Acordó con Fernando hacer una videoconferencia con los alumnos. «Están todos expectantes por mi vuelta», bromea. Ella fue una de las que iniciaron ayer la plantación de castaños, a medida que iban limpiando el monte. Explicó a los niños cómo poner el abono y el fertilizante para dar vida a los nuevos árboles. «Es la primera vez que yo hago algo así, en Murcia sembré algo en la huerta, esto es una pasada», cuenta. Otras madres que se trasladaron hasta A Veiga, como una de Alicante, resaltaba que es importante enseñarle a los niños que también suceden cosas malas, pero hay que responder con solidaridad.