«Tenemos que llevar a la niña a una guardería a 20 kilómetros»

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS O BARCO / LA VOZ

A GUDIÑA

Santi M. Amil

Una familia numerosa de A Gudiña denuncia los problemas de conciliación en el rural

20 sep 2017 . Actualizado a las 11:07 h.

Siempre se habla de que tener hijos viviendo en una ciudad y sin abuelos cerca es complicado. Que hay que hacer mil malabares para conciliar si los dos (o uno, en el caso de las familias monoparentales) trabajan. Y que eso sale, al final, por un pico entre guarderías, ludotecas, servicios de madrugadores y demás. Pero, ¿y en el rural? En el rural puede ser todavía más complicado al no existir toda esa oferta, o no al menos cerca de casa. Eso le pasa a Nuria Magallanes y a su marido, Raúl Rodríguez. Ella es de Ourense y su pareja de Viana do Bolo; aunque residen en A Gudiña debido a su trabajo como enfermera en el centro de salud. Él está empleado en hostelería. Tienen cuatro hijos, de 8, 6, casi 3 y uno y medio... Y a pesar de ser familia numerosa, no tienen ningún tipo de ayuda.

«Ni nos dieron el cheque de ayuda para libros de texto y material escolar, ni el fondo de libros solidarios», resalta ella, aunque lo que más le molesta, reconoce, es no tener una plaza en la casa nido. «A pesar de que la casa nido supuestamente es para conciliar vida laboral y familiar, y a pesar de que los dos trabajamos fuera de casa, quedamos fuera por la renta», señala. Las cinco plazas disponibles están cubiertas. Así que la única solución que encontraron fue apuntar a la más pequeña de la familia en el Punto de Atención Infantil de Riós, situado a 20 kilómetros de su casa. Dice que para poder llevarla, su marido tiene que salir del trabajo, y que hay épocas en las que no tienen más remedio que contratar a una persona para que cuide de los niños mientras ellos trabajan. «Nuestra queja es por las pocas ayudas que tenemos en el rural, por mucho que dicen que quieren fomentar el rural, después ves que no es así. No tenemos ningún tipo de ayuda. Lo que queremos es ayuda en conciliación, no es una cuestión económica puramente», explica Magallanes. «A mí no me enfadó que no me dieran la ayuda para los libros, pero sí que no nos den una guardería para la niña», resalta.