María Xosé Castro y Miguel Morales cultivan ecológicamente usando la tracción animal de su yegua
11 nov 2017 . Actualizado a las 17:01 h.Utilizar los animales para trabajar la huerta o para tareas forestales no es nuevo, pero tampoco una vuelta atrás en la agricultura. La tracción animal, adaptada a las necesidades actuales, permite un trato menos agresivo a la tierra y al medio ambiente, a la vez que facilita ciertas faenas en la huerta o en el monte. Desde la Baixa Limia, una asociación, Á Molida -que se formó a partir de un colectivo portugués- está promoviendo su recuperación y dando a conocer su utilidad para labores forestales. Este ámbito de la tracción animal ocupará un curso que este fin de semana organizan en Lobios dentro de una acción formativa de la Oficina Agraria Comarcal de Bande.
Hace unos tres años, María Xosé Castro y Miguel Morales - quienes se dedican a la agricultura en Meire (Allariz)- se desprendieron del tractor que tenían y que les había sido útil al inicio para abrir las tierras que llevaban años sin ser cultivadas. Sin embargo, explica María Xosé, llegaron a la conclusión de que no era tan eficaz para trabajar entre cultivos o para las cabeceras de las parcelas. «Tíñamos unha máquina potente que non nos solucionaba para traballar entre liñas», recuerda Miguel. Decidieron comprar una yegua, Rosiña, que había trabajado para un vecino. Ahora es su medio de tracción.
Por la época en la que adquirieron la yegua se organizó un encuentro transfronterizo sobre tracción animal a través de la Associação Portuguesa de Tracção Animal (Aptran) en Braganza (Portugal), donde conocieron las técnicas para manejar al animal y utilizar los aperos. «Hai que facer un proceso de aprendizaxe, ten que funcionar ben o tándem home-animal. O curso da asociación portuguesa foi de moita axuda», cuenta María Xosé. «Compramos o cabalo sen saber, fomos aprendendo pouco a pouco, co curso de Aptran e con Alfred Ferrís vimos como é a tracción animal moderna. Leva un tempo aprender. É unha evolución», añade Miguel, que es quien maneja la yegua para los trabajos. Ahora viene tirando de un carro cargado de calabazas que utilizan como forraje para sus animales.
Este fin de semana, los participantes en el curso, que tendrá lugar en el parque natural en Lobios, tendrán la oportunidad de conocer cómo se realizan los trabajos forestales con equinos. El taller será «eminentemente práctico», explica Davide Outeiro, de la asociación Á Molida. El agricultor ecológico Alfred Ferrís, mostrará cómo se aplica la tracción animal para una gestión forestal sostenible. Ferrís fue el encargado de retirar, sin maquinaria pesada sino con el tiro de dos yeguas, cientos de eucaliptos de la isla de Cortegada, en el parque nacional de las Illas Atlánticas.
En el ámbito de la horticultura María Xosé y Miguel trabajan con Rosiña la hectárea que cultivan, de forma ecológica, aunque sin el sello oficial. Comercializan su producción bajo el nombre comercial de Mima.
En cuanto a los aperos necesarios, los agricultores explican que algunos se pueden recuperar todavía -a veces se encuentran como adorno de jardines- pero también los encargan a herreros de Allariz. «Hai cousas que se fan como antes, pero por exemplo o balancín axuda a que o traballo do animal sexa máis efectivo», dice María Xosé. El balancín, explica Miguel, permite que el arado vaya más recto y que la yegua tire de un punto fijo. Sin embargo, lamenta este, no hay ayudas para comprar aperos para la tracción animal. Por ejemplo, las subvenciones de la PAC no la contemplan, como sí cubren otras herramientas.
«Co abandono do agro que hai, hai quen pensa que traballar así é obsoleto e que o moderno é usar maquinaria, pero para certos traballos é mellor. Conservar o solo é un avance. Os animais traballan fino, rápido e son silenciosos», explica María Xosé. En su caso, además de para los cultivos de huerta en exterior, también utilizan a Rosiña para arrastrar leña desde el monte. ¿Alguna desventaja? Miguel apunta que la que tiene como ser vivo, al que hay que cuidar, pero a cambio consiguen estiércol. Ayuda a ser más autosuficientes, resumen.
Hay otras utilidades. Outeiro sostiene que en Francia muchos ayuntamientos contratan servicios de tracción animal a agricultores locales para trabajos en zonas históricas donde no quieren maquinaria o ruido. Y empresas de telefonía o eléctricas requieren los animales para llevar material a zonas de difícil acceso.