Rubén Simeó: «Nunca se ha visto una trompeta en un espectáculo como este»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

ALLARIZ

Concierto de Rubén Simeó, trompetista, con la Banda de Música de Sementeira.
Concierto de Rubén Simeó, trompetista, con la Banda de Música de Sementeira. ANGEL MANSO

El solista ofrece mañana en Allariz un concierto, acompañado por la Unión Musical, que promete diversión

20 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Rubén Simeó, trompetista vigués de 33 años, dará mañana domingo (19.00 horas) un concierto en el Festival Internacional de Xardíns de Allariz. El solista, de precoz trayectoria internacional, actuará con la banda Unión Musical de Allariz, dirigida por Nieves Llopis. Interpretarán un repertorio creado para sorprender, con el que ha girado desde el año pasado por más de 60 teatros y auditorios. Las entradas (10 euros), se pueden comprar en Papelerías Punto e Aparte, Libraría Aira das Letras y Artesanía e complementos A Tulla.

—¿Comparten protagonismo trompeta y banda?

—Este espectáculo lo creé en mayo del 2024 con mi equipo para hacer algo diferente. Nos empezaron a llamar las bandas, tuvimos sábados y domingos del 2024 y del 2025 completos. Nunca se ha visto una trompeta en un espectáculo como este, de hora y cuarto, con música de cine (John Williams), de Sinatra, Bon Jovi o Coldplay. Hace que el público cante y se una al «show». La trompeta es un instrumento principal en una banda y aquí sorprende, llevada desde lo clásico, con unos arreglos muy perfeccionados realizados en la BBC. La banda es importante y da acompañamiento.

—Destacó desde muy joven.

—Desde los siete años hacía solos de trompeta con la banda de O Rosal. Tres años más tarde toqué el Concierto de Año Nuevo de TVE. Fui el solista más joven y lo considero el concierto de mi vida. Después de haber tocado en auditorios grandes por medio mundo, y de grabar discos sin parar, vuelvo a mi origen y este es mi pequeño homenaje a las bandas.

—¿Cómo definiría su estilo?

—Me dicen que, si cierras los ojos, no parece que escuches una trompeta; el sonido se acerca más al de un violonchelo, es más oscuro que brillante, como en Ennio Morricone.