Medio centenar de voluntarios acudieron a Manzaneda para reparar los acuíferos afectados por los incendios del verano

La Voz OURENSE / LA VOZ

MANZANEDA

Foto de familia de los voluntarios que participaron en la iniciativa en Manzaneda
Foto de familia de los voluntarios que participaron en la iniciativa en Manzaneda Abanca

La iniciativa, organizada por Abanca, pretende poner en marcha labores para recuperar las zonas calcinadas y evitar que las cenizas lleguen a los ríos

12 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras la oleada de incendios que asolaron la provincia de Ourense el pasado mes de agosto, llegan las iniciativas para contribuir a la recuperación de los montes. Más de medio centenar de personas participaron este sábado en Manzaneda en la primera jornada de voluntariado ambiental organizada por Abanca y Afundación.

La actividad se centró en la protección de algunos acuíferos especialmente afectados por los fuegos. En concreto, los trabajos se llevaron a cabo en las zonas colindantes al Rego da Mourela, en lugar de Tonxil, un paraje que resultó muy dañado. Los voluntarios se dividieron en varios grupos y dedicaron sus esfuerzos a realizar diferentes tareas planificadas en días de inspección previos. En lugares con pendientes pronunciadas donde apenas quedan restos de vegetación, se centraron en la construcción de pequeñas barreras de piedra que permitirán controlar la erosión del suelo y evitar que las cenizas se arrastren al lecho del río con las lluvias. A mayores, en las zonas en las que quedaban restos calcinados, se construyeron cinturones con estacas de madera y ramas entrelazadas.

Algunos de los voluntarios cubrieron con paja las zonas en las que no quedó vegetación alguna
Algunos de los voluntarios cubrieron con paja las zonas en las que no quedó vegetación alguna Abanca

El resto de los voluntarios dedicó su tiempo al mulching, una técnica que consiste en esparcir paja en el suelo desprovisto de vegetación, para protegerlo de la erosión producida por las lluvias, evitar que las cenizas sean arrastradas hacia el río y contribuir a la regeneración de la vegetación, gracias a su efecto de retención de la humedad del suelo y regulación de la temperatura. La actividad contó con el apoyo de la Xunta, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y el Concello de Manzaneda.