La Xunta anuncia que hará más tareas de prevención de incendios en invierno

Maite Rodríguez Vázquez
MAITE RODRÍGUEZ OURENSE / LA VOZ

MUÍÑOS

MIGUEL VILLAR

En el Xurés crearán «franxas de seguridade» contra los fuegos de Portugal

07 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el parque del Xurés, que casi cada año sufre incendios forestales, se harán más trabajos de prevención durante el invierno. Limpieza de montes, pistas, cortafuegos u otras medidas que fijen los técnicos, teniendo en cuenta las peticiones de concellos y comunidades de montes, serán tareas a las que se dedicarán más esfuerzos para evitar que este parque natural que gestiona la Xunta tenga este problema recurrente.

La administración autonómica destinará el próximo año un millón de euros a la prevención de incendios, confirmó la directora xeral de Patrimonio Natural, Ana María Díaz, en su visita ayer a la zona del parque afectada en Prado (Muíños). «Os lumes forestais apáganse en inverno», convino la directora, ante los alcaldes de Muíños, Plácido Álvarez, y de Lobios, Mari Carmen Yáñez, que ya se habían manifestado en este sentido.

«Moitos dos incendios do parque do Xurés proveñen de Portugal. A fronteira é moito do problema deste parque, porque todos os grandes lumes, salvo un de 1998, viñeron de Portugal», dijo la directora. Díaz no quiso echar culpas al país vecino, situando el problema en el grave contexto de incendios que tienen al otro lado de la raia, pero apuntó a que habrá que «traballar moitísimo para que o parque estea o máis limpo posible e establecer franxas de seguridade».

La directora aseguró que hay organismos de colaboración y gestión transfronteriza entre el Xurés y el Gerês y que hay una «relación extraordinaria cos nosos irmáns», pero insistió en que la Xunta, como responsable de la gestión del parque ourensano, tiene que trabajar concretamente en este espacio.

 

Biorrollos con paja para proteger las riberas de los ríos de los arrastres de ceniza

Más de cinco mil hectáreas del territorio protegido de ambos concellos se quemaron en los incendios del mes pasado y la Consellería de Medio Ambiente ha iniciado esta semana las labores para proteger los ríos de los posibles arrastres de ceniza si llegan las lluvias.

La brigada que la empresa pública Seaga tiene en el Xurés, compuesta por cuatro peones y un jefe de cuadrilla, empezó a trabajar en los días posteriores a los incendios limpiando cunetas y arquetas para facilitar la canalización del agua y evitar que esta produzca cárcavas o socavones, explicó la ingeniera de montes de Seaga, María Taboada.

Estos días se están llevando biorrollos con paja envuelta en malla de coco que se colocan en las zonas de pendiente cerca de los ríos. Este sistema permite el paso de agua pero retiene las cenizas, detalló Taboada. Los hombres de la brigada cargan el pesado rollo y lo transportan a pie unos 400 metros para proteger la ribera del río Salas.

A pesar de que el paisaje negro es el que domina, ya empieza a brotar hierba verde en algunas de las zonas quemadas. Ahí no se echará paja, que se reserva para las zonas degradadas. Las propias hojas que caen de los árboles también hacen un acolchado protector.

Los especialistas del centro de Lourizán, que están recorriendo las zonas afectadas para determinar los trabajos a realizar en cada punto, se espera que pasen por el Xurés. Algunos lugares son inaccesibles salvo por vía aérea.

Desde abril, la Consellería de Medio Ambiente tiene una brigada destinada al mantenimiento y conservación del Xurés. Díaz manifestó que, aún así, hay que «redoblar esforzos». La secretaria xeral aseguró que las medidas que se acometen estos días son «básicas para consolidar o solo» y no agravar el problema medioambiental. A actuaciones urgentes en zonas quemadas destina la Xunta 1,1 millones de euros.

Las ayudas para abastecimientos dañados no llegaron a pueblos de Entrimo

En Entrimo también hubo un devastador incendio, en septiembre del año pasado, que quemó una parte importante de sus montes, en el límite con el parque del Xurés, y puso en peligro varios pueblos. En las zonas quemadas se llevaron a cabo similares tareas de protección del suelo, con extendido de paja para crear «mulch» o acolchado vegetal y empalizadas para evitar la erosión, con desigual resultado.

Más de un año después, el alcalde Ramón Alonso (PSOE) indica que el monte afectado por el grave incendio que calcinó 2.800 hectáreas se va recuperando por sí mismo naturalmente. Los pinos están empezando a rebrotar, cuenta Alonso, al igual que el monte bajo. «O resto segue negrísimo. Aquí houbo arrastres a acuíferos porque se tardou moito en actuar e nas zonas altas queda a pedra ao descuberto», relata el regidor.

Otro problema grave fue que los pueblos que vieron dañadas sus infraestructuras de abastecimiento de agua por la acción del fuego no pudieron acogerse a las ayudas públicas que salieron después, explica el regidor socialista. Aldeas como Olelas, Pereira, Bouzadrago o Lantemil tienen que reponer las mangueras o piezas dañadas con sus propios medios o con material que les proporciona el Concello porque no se pudieron beneficiar de las ayudas de la administración autonómica.

«Un requisito para que se puideran acoller ás axudas era que as captacións tiñan que estar legalizadas. Non o estaban e daquela dixeron que a Xunta se encargaría de facelo coa Confederación Hidrográfica, pero a día de hoxe seguen en precario», denuncia el regidor, que señala que las necesidades se van subsanando con trabajo vecinal y del Concello aunque apunta que no considera que sea lo más adecuado.