Usted, el lector

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE CIUDAD

19 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El periodismo, como cualquier otra profesión, te permite vivir experiencias que van más allá de la nómina. A mí me ha traído gente y momentos que no solo forman parte de mi currículo sino también de mi patrimonio personal. Espero que siga siendo así durante muchos años porque perder la ilusión complicaría seriamente cada jornada laboral.

Una de las últimas experiencias de este tipo me la regaló La Voz de Galicia esta misma semana. Celebramos el 135 aniversario del periódico y medio centenar de lectores de Ourense viajaron a Sabón, a la central del diario, para conocer cómo se trabaja y quiénes están implicados en el proceso que permite que La Voz llegue a sus casas todos los días. Tuve la fortuna de acompañarlos en esa visita, de compartir con ellos un recorrido que, por conocido, no deja de resultar apasionante, y de repasar la historia de un periódico que lleva su razón de ser en la cabecera: Galicia.

Intercambiar impresiones con aquellos que son los destinatarios del producto en el que trabaja el equipo de La Voz cada día supone un retorno de valor incalculable. No les niego que hubo hasta algunos reproches -amables, pero reproches- que tendremos en cuenta cada día cuando nos pongamos a «hacer el periódico», que es esa expresión tan simple que utilizamos los periodistas cuando nos remangamos y nos ponemos manos a la obra pero que encierra un proceso complejísimo que ahora medio centenar de lectores conocen, y comprenden, mucho mejor.

Los suscriptores de un periódico son más que clientes. Y así quedó constatado en una visita en la que Antonio -81 años, con la elegancia de su traje y su corbata, y del brazo de su mujer- compartió experiencia con Nerea -12 años, de la mano de su padre, pañoleta de moda anudada en la cabeza y móvil de última generación en mano retratando todo lo que veía-. Hacerlos coincidir a ellos con otro medio centenar de ourensanos y compartir la historia de La Voz es un regalo del periodismo cuando puedes ejercerlo en una casa que cumple años y que pone a soplar las velas de la tarta a quienes realmente importan: los lectores. Gracias a todos.