Un juez indica que el caso del supuesto suicidio de un policía «podría derivar en homicidio»

La Voz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

La investigación sigue bajo secreto sumarial desde la muerte en la comisaría de Ourense en abril del 2016

21 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte de un policía de la plantilla de la comisaría de Ourense, cuyo cadáver apareció un sábado de abril del 2016 en un despacho de las dependencias oficiales con un disparo en la cabeza, se presentó como un suicidio. Pero, según se desprende de un auto dictado el pasado 20 de abril por el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez, que investiga la desaparición de seis armas y un intervención de drogas en noviembre del 2015, aquel caso «podría derivar en un delito de homicidio/asesinato». Sin que haya trascendido dato alguno sobre el trabajo de la jueza Eva Armesto, que mantiene el secreto de sumario desde que el asunto llegó a sus manos, la nota de su compañero apunta a otra vía.

La tesis del suicidio contaba con el respaldo explícito de correos electrónicos y mensajes del fallecido, en los que se autoinculpaba de la desaparición de varias armas, un hecho que entonces ya era objeto de investigación interna y judicial. La muerte dio lugar a la apertura de otras diligencias. La jueza las declaró secretas y esa situación se mantiene al año y medio, un período a todas luces inusual para un suceso de esas características. En un entorno policial de especulaciones y dudas, el titular del Juzgado de Instrucción 1 ha ofrecido un apunte de luz, tan indirecto como seguramente no buscado.

El juez de quien depende la desaparición de las armas, que también investiga la intervención de drogas de la que en noviembre se cumplirán dos años, no ha escondido que las diligencias sobre la muerte del policía pesan más. De hecho, cuando la jueza le pidió que le enviara la causa de las armas para acumularla a la suya, al entender que existe una evidente conexión entre ambas, Álvarez aceptó inhibirse a favor de su compañera, aunque la decisión no prosperó al decidir la Audiencia Provincial que se siguiesen de forma separada.

La acumulación no solo la rechazó la Fiscalía sino también una de las implicadas en el asunto de las drogas. Es en este cruce de escritos en el que el juez decano reafirma su convicción de que «existe relación entre ambas causas», la muerte y las armas, pues «es públicamente conocido que tres de esas pistolas fueron encontradas» al mismo tiempo que se descubrió el cadáver.

Y aunque las diligencias por el presunto suicidio son secretas, «y por lo tanto este instructor no tiene acceso a su contenido», atiende la petición de su compañera. Anticipa Álvarez en este punto, ante un eventual conflicto de competencias, que será al Juzgado de Instrucción 3 al que le corresponda. Por ser, añade, el que investiga el delito que tenga atribuida más pena y en Instrucción 3 «parece que se investiga la muerte de una persona que pudo relación con la sustracción de las armas, lo que podría derivar en un delito de homicidio/asesinato», con una pena «indudablemente mayor» que la de un robo/hurto por la falta de armas.

Un agente que declaró como testigo es ahora investigado por la falta de armas

Archivó el juez el caso de la desaparición de las seis pistolas para dieciséis de los investigados, según un auto de finales de la semana pasada. En el paquete están incluidos los cuatro integrantes del grupo de drogas que en noviembre del 2015 fueron apartados de sus puestos, con doce personas más que son supuestos miembros de una red de narcotráfico con distinta responsabilidad. Las diligencias se mantienen abiertas, sin embargo, para un único policía, el que era responsable de la custodia de las armas cuando se produjo su desaparición. Este funcionario declaró inicialmente como testigo y más recientemente pasó a tener la condición de investigado. Para este policía no ha habido sobreseimiento y archivo.