Las dudas sobre la titularidad frenan el cuidado de las pasarelas

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

El Concello de Ourense tiene dificultades para actuar sobre estas infraestructuras

06 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El inventario municipal de Ourense es muy amplio y mantenerlo al día no siempre es sencillo. Más allá de las dificultades económicas que pueda tener la administración local también hay que tener en cuenta otro tipo de inconvenientes que, en ocasiones, frenan actuaciones de renovación o simplemente de mantenimiento. Es el caso de varias de las pasarelas peatonales que se encuentran repartidas por el casco urbano y que sufren un evidente desgaste ante la falta de actuaciones para su conservación. Y es que en muchas ocasiones no resulta sencillo saber quién tiene la titularidad de la instalación y, por tanto, el deber de su cuidado.

Uno de los casos más paradigmáticos se encuentra en las inmediaciones de la estación de autobuses, en el barrio de O Pino. Dos de las pasarelas que cruzan la carretera N-120 y que sirven de conexión a los vecinos de las viviendas sociales y de la propia terminal de buses con el barrio de A Ponte. La más próxima a la urbanización de la plaza 200 incluso incluye un gran letrero de publicidad, que fue uno de los caminos que siguió el Concello para dar con los dueños de la pasarela. Según la información que tiene la Concellería de Infraestructuras, fue entregada a la institución municipal en el año 2004. Sin embargo, todavía se encuentra pendiente de incorporarse al inventario municipal y cualquier actuación en ella, por tanto, se complica. Peor es el caso de la que se encuentra a la altura de la estación de autobuses. Se trata de una infraestructura bastante antigua y todavía se desconoce a quien corresponde la titularidad, según informó el concejal de Infraestructuras, José Araújo, a los concejales de la oposición. En una situación idéntica se encuentra la que sirve de conexión con el cementerio de As Caldas.

Traspaso de competencias

Suele convertirse en una práctica habitual entre administraciones que una construya una instalación y que luego ceda su mantenimiento y conservación a otra. Eso sucede, por ejemplo, con las pasarelas del centro comercial Ponte Vella, la de la zona termal de Outariz o la que atraviesa el río Loña. Todas ellas fueron en su momento de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, pero según la firma de diferentes convenios el mantenimiento y conservación es responsabilidad municipal. Pese a ello, su cuidado no siempre es el deseado. En el caso de la que comunica la carretera de Reza con las termas públicas de Outariz -se trata de una de las principales vías de acceso peatonal al recurso turístico de las riberas del río Miño- se encuentra en un pésimo estado de conservación. Las pintadas y el óxido son la tarjeta de visita para cientos de visitantes, además de las acciones vandálicas que también afectan a la cartelería que se encuentra en la zona.

En un estado similar se encuentra la que comunica el centro comercial Ponte Vella con el barrio de A Ponte. En este caso, también hay detectados problemas con las luminarias.

Otras administraciones como la Xunta de Galicia también tienen responsabilidad sobre alguna de estas infraestructuras. Así sucede, por ejemplo, con la que sirve de conexión entre las dos áreas del campus universitario de Ourense y que atraviesa la avenida Otero Pedrayo. Precisamente, la administración autonómica tiene en marcha la licitación de las obras de humanización del vial. Se mantiene la pasarela peatonal y se construirán dos nuevas rotondas.

En los últimos dos años se actuó sobre la que atraviesa el parque Barbaña y el paseo de Oira

Pese a las dificultades para el mantenimiento de algunas de las pasarelas diseminadas por la ciudad de Ourense, en un reciente pleno municipal el grupo de gobierno también quiso dejar constancia de los trabajos de mejora que se habían realizado en algunas de ellas. Fue el caso de la que conecta la parte baja de la Alameda con el parque Barbaña. Se prolongaron durante tres meses y supuso una inversión de algo más de setenta mil euros. Los trabajos, ejecutados en febrero del 2016, se enfocaron en mejorar el estado del suelo y supusieron también un cambio visual. Su tradicional color rojo fue sustituido por el gris. El gobierno de Ourense destacó, en el momento de su reapertura, que se cumplió de forma escrupulosa el plazo previsto para la ejecución de los trabajos.

Otra pasarela en la que se introdujeron mejoras fue en la que atraviesa el río Miño en Oira. De reciente ejecución por parte de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil había sido inaugurada sin iluminación. El Concello de Ourense logró arrancar un acuerdo a la Xunta de Galicia para instalar un sistema de iluminación inteligente, que se estrenó el pasado mes de abril.

Vinculado a los sistemas de iluminación de las riberas del río Miño y del Barbaña, la edila de Democracia Ourensana, Laura Nóvoa, trasladó en el último pleno municipal la queja de muchos usuarios de estos espacios que el sistema instalado tenía un funcionamiento incorrecto. «O sistema de detección nalgúns casos funciona ao revés e se apaga segundo pasas», concluyó la concejala.