«Claro que se puede emprender y hacer coworking con 54 años»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Álvaro Vaquero

Geni Vispo reivindica los proyectos que no están relacionados con las nuevas tecnologías

09 nov 2017 . Actualizado a las 17:08 h.

Nunca es tarde para emprender. Ese es el mensaje que envía Geni Vispo Prieto. Se encontró en el paro a los 54 años y se lanzó a emprender. Apostó por gestar su negocio sobre productos de alimentación de calidad (Don Pablo Gourmet, en el entorno de As Burgas) en el espacio de coworking, de La Molinera. La experiencia, asegura, fue positiva pese a las dudas iniciales.

-Su experiencia emprendedora fue tardía.

-Estaba trabajando en una empresa. Llevé contabilidad durante muchos años y mi relación profesional con ellos acabó en un despido improcedente. Con 54 años, y después de más de veinte trabajando y dándolo todo para una empresa, no cuentas verte sin trabajo. Tanto en el INEM como en las empresas de trabajo temporal lo primero que me decían es que con mi edad sería imposible. Estaba decaída, porque pensaba que con la experiencia que acumulé aún podía aportar muchas cosas al mercado laboral y que te digan no simplemente por la edad, duele.

-¿Se hace duro? ¿Cómo surgió la idea de montar un negocio sobre alimentación Gourmet?

-Lo que tenía claro es que yo no podía quedarme tirada en un sofá. Los primeros meses te parece que tienes muchas cosas que hacer, pero luego te das cuenta de que no. La idea de mi proyecto surgió a raíz de escuchar que la venta de alimentación ecológica había aumentado muchísimo. Vi ahí un hueco, porque de alimentación entiendo y sé por donde moverme. Viendo los productos, ya me fui diferenciando un poco y busqué productos diferentes que no estén en los supermercados, que sean de calidad pero que no tengan un precio muy elevado.

-¿La gente sigue asociando productos delicatesen a un precio prohibitivo?

-Sí, la gente en cuanto ve un negocio que pone la palabra Gourmet ya piensa que está fuera de precio. Nosotros tenemos productos de calidad con un precio asequible. No es una cosa para todos los días, pero que te puedes permitir de vez en cuando.

-¿Y lo de hacer «coworking»?

-Estaba en pleno proceso de gestación del proyecto cuando me encontré con el coworking de La Molinera. Me apunté aunque no sabía muy bien lo que me iba a encontrar allí. Tenía claro que necesitaba un horario e ir a un espacio físico como si fuera mi puesto de trabajo, y en La Molinera encontré ese sitio. Pude utilizar sus ordenadores, wifi... En el coworking, reconozco que todas las charlas que tuve con tutores ahora me sirven en diferentes etapas. Muchas veces te metes en un proyecto y no te preocupas por temas que allí te explican y que te sirven los consejos. Todos te iban guiando.

-¿Sería una excepción rodeada de jóvenes con proyectos tecnológicos?

-Lo cierto es que había también gente de mi edad, pero la mayoría eran jóvenes.

-¿La edad le supuso una barrera?

-Es complicado, porque el emprendimiento está pensado para algo tecnológico, todo el mundo piensa en Apple, el garaje y esas cosas, y a tu proyecto no le dan tanta importancia. Claro que se puede emprender y hacer coworking a mis años. Dentro de mis posibilidades, esto es un emprendimiento porque no hay ninguna tienda en Ourense como esta.

-¿Qué se encuentra el cliente al cruzar las puertas de su local?

-Quise tener un poco de todo. Buscaba una oferta variada y tuve mucha ayuda por parte de los proveedores, que me dieron la opción de comprar pocas variedades de toda la gama. Los productos que tengo son de toda España, centrado en productos ecológicos. Desde aceites a setas, risotto, mermeladas, tés infusiones, algas, sales con especies, chocolates, frutos secos, licores, vinos...

-¿Estar al lado de As Burgas ayuda por el turismo?

-Los turistas vienen, normalmente, con los bolsillos vacíos.