El «making off» de los magostos

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Álvaro Vaquero

La sequía y la ausencia de castañas marcaron los días previas de la fiesta ourensana

11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada detiene el tirón popular de los magostos en Ourense. Hoy es el gran día y desde primera hora de la mañana los montes de la capital y su entorno más próximo se llenarán de grupos de amigos para celebrar una fiesta ourensana 100 %. Ni la sequía, con el consiguiente temor a una prohibición de hacer las hogueras, ni la escasez de castañas desanimarán a cientos de ourensanos para ser fieles a la tradición. Uno de los puntos neurálgicos será Montealegre, en las inmediaciones del parque botánico.

Para que todo esté listo y para concienciar a los ourensanos de que se debe de cuidar al máximo el monte, Amigos da Terra y el Concello de Ourense organizaron ayer una campaña de concienciación sobre residuos en los magostos. Los objetivos son la recuperación de las zonas degradadas, sensibilizar a la ciudadanía para evitar el abandono de residuos y reivindicación de otro modelo de gestión. Ayer, por la tarde una veintena de alumnos del colegio Divina Pastora, además de una quincena de voluntarios participaron en una recogida de basura en Montealegre. También se llevó un dron para grabar la zona antes y después de la limpieza. En una línea reivindicativa también se muestra la asociación A Chavasqueira que lamenta la falta de limpieza en la zona termal en estas fechas.

Quienes no fallan son las asociaciones de vecinos, que conviertan los magostos en una fiesta de convivencia, a base de castañas y vino de casa. Santa Mariña do Monte, Palmés, Reza, As Laxas, Oira, Castro de Beiro, Portovello, O Polvorín, Peliquín, Rairo, Cudeiro o Zaín son algunos de los convocados para hoy. El de Castro de Beiro, por ejemplo, es una de las citas con más solera y que además reúne a un mayor número de personas. Para la comida de hoy están apuntadas 325 personas. El presidente de la asociación vecinal, Paco García Marqués, explica que el making off de la cita festiva es laborioso y que se necesita de un buen grupo de voluntarios. Comprar las castañas y el vino, colocar las mesas, organizar el sorteo de rifas para financiar la comida son algunas de las tareas que les ocupan una buena parte del tiempo en la organización. En este magosto de Castro de Beira, detalla, se comerán 180 kilos de castañas y se beberán 150 litros de vino. Ambos productos son cortesía de la asociación. La comida es cosa de cada pandilla.

Una de las principales dificultades fue hacerse con castañas. «Nós traballamos moito para conseguilas. Ao principio pedíannos 4,5 euros o kilo e as conseguimos en Trives por 1,30 euros», señala el dirigente vecinal. Todo esfuerzo es poco para que la fiesta sea otro año un éxito.