Los dos primeros ascensores públicos quedarán por el momento sin ejecutar

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Álvaro Vaquero

El gobierno prevé tener en marcha o concluido a final de año el 72 % del plan de obras

15 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A falta de un presupuesto que dé margen para la ejecución de nuevas infraestructuras en la ciudad, la capacidad de inversión real del Concello de Ourense en los últimos años se ejecuta a golpe de modificación de crédito. La fórmula escogida es la de un plan de obras, que nace de una serie de reivindicaciones de los colectivos vecinales de la capital y que son gestionadas por las agrupaciones Miño (perímetro rural) y Limiar. En la última remesa se incluían un total de 76 actuaciones, de las que por diferentes «impedimentos» se descartaron una docena hasta redondear una cifra de 64 obras para una inversión final de 12,7 millones de euros.

El concejal de Infraestructuras, José Araújo, se reunió ayer con el grupo municipal socialista -los votos de este partido de la oposición permitieron sacar adelante en pleno las actuaciones- y con los dos colectivos vecinales que se encuentran detrás de las demandas. El objetivo del encuentro, según detalló, era poner negro sobre blanco la situación real del grado de ejecución de los trabajos y las previsiones de ahora hasta final de año, fecha tope para la contratación de los proyectos. De acuerdo con los datos aportados por José Araújo, el 95 % están redactados y la previsión es que a 31 de diciembre, el 72 % de las obras estén ya ejecutadas o contratadas para poder ser rematadas durante el 2018. «Non imos de farol, senón que estamos facendo unha estimación real», señaló el portavoz popular.

Hay, sin embargo, un 5 % de proyectos que van camino de quedarse en el limbo. O «enriba da mesa», en palabras del propio concejal popular. Se trata de actuaciones de «complexidade técnica» y entre ellas se encuentran dos de las que habían levantado una mayor expectación, por lo que suponen de novedad para la ciudad de Ourense. Son los ascensores públicos previstos en la Cruz Alta y en Avilés de Taramancos. Ninguno de los dos se podrá ejecutar con cargo a este plan de obras y, por tanto, su desarrollo tendrá que nacer de un nuevo acuerdo político y con los colectivos vecinales.

En el caso del elevador que serviría para salvar el desnivel existente entre la zona centro y el barrio de la Cruz Alta, la inversión prevista superaba el millón de euros. «É un ascensor feito a medida para Ourense e unha novidade para o sector, polo que non está sendo doado sacalo adiante», justificó José Araújo. Precisamente, la opción elegida de un ascensor en tres fases fue duramente criticada por Democracia Ourensana, el primer partido en reivindicar esta infraestructura, que se muestra más partidario de unas escaleras mecánicas.

Los motivos que frenan la intervención en el parque de Avilés de Taramancos son muy distintos. Los terrenos necesarios para la ejecución del proyecto que conectaría esta zona verde con la calle Ervedelo está paralizado por ser necesario el visto bueno de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil -la instalación se levantaría en las riberas del Barbaña- y de la Xunta -el puente que salva el río desde Ervedelo es de titularidad económica-. Esto provocará que no esté listo antes de la fecha tope del 31 de diciembre, según expuso Araújo. El concejal popular explicó que el objetivo es que se retomen en una fase posterior del plan de obras, tal y como se había acordado en un primer momento con los colectivos vecinales y con el propio grupo socialista. «Non podo garantir que teñamos ese apoio do PSOE, porque eu non son quen para falar por eles», explicó.

Las federaciones vecinales censuran la «parálise» en la aprobación del plan de urbanismo

Las tensiones abiertas desde hace años en el movimiento vecinal parece que poco a poco van cediendo. Al menos las relaciones entre los dos principales colectivos que agrupan los intereses de los vecinos de la ciudad ya no están rotas, como cuando se produjo una escisión en Limiar. La agrupación Miño, que centra su radio de acción en colectivos del rural ourensano, mantuvo un encuentro en su local con la directiva de Limiar. Encima de la mesa estuvo, como no puede ser de otra manera, el plan de obras, de cuya evolución fueron informados ayer los dirigentes vecinales por el concejal de Infraestructuras, José Araújo. Desde Miño apuntan a que se trata de «reiteradas reivindicacións para mellorar o estado das infraestruturas e dos equipamentos na periferia e no perímetro rural, e que se elaborou coas peticións veciñais recollidas».

Otro de los asuntos del que se habló largo y tendido durante el encuentro entre la agrupación Miño y la federación Limiar fue el estado en que se encuentra el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). Finalizado el documento está a la espera de un consenso político que permita sacarlo adelante. Desde ambos colectivos se recuerda que la «parálise actual afecta aos veciños que están pendentes da resolución das alegacións presentadas». Además, confían en que a finales de este mes Miño y Limiar puedan tener acceso al documento para posteriormente volver a reunirse y analizarlo. Cabe recordar que para hoy está prevista la primera reunión del grupo de gobierno con la oposición para tratar de desbloquear la aprobación del PXOM. El primer encuentro será con Democracia Ourensana, que ha mostrado su predisposición a negociar siempre a cambio de que se atiendan sus prioridades.