Una década de fútbol sala femenino desde la cantera

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

El Cidade de As Burgas celebrará sus diez años de historia el próximo sábado con más de ciento veinte jugadoras

18 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La gran familia del Cidade de As Burgas se irá a la discoteca el próximo sábado. Será una sesión de tarde, a las 20 horas, después de que el primer equipo dispute un cara o cruz por la permanencia ante el Cádiz y de que sus más de ciento veinte jugadoras estén disponibles para la celebración del décimo aniversario del club.

Manolo Codeso, técnico de la entidad desde el inicio de su trayectoria, destaca que todas las deportistas tendrán su merecido protagonismo: «Actuará un mago y tendremos un animador de la velada, pero desde las más pequeñitas, todas las jugadoras pasarán por el escenario, porque este club lleva trabajando diez años para que las niñas de la ciudad puedan divertirse con el fútbol sala».

Y esa era una filosofía que subrayó desde el principio Camilo Saeta, presidente fundador de un club que salió del manto del Club Deportivo Ourense, cuando algunos integrantes del grupo dedicado al fútbol sala no estaban de acuerdo con la creación del entonces denominado Cidade de Ourense.

El propio Codeso recuerda que los inicios no fueron fáciles: «El club se creó muy a prisa y cuando llegamos a pedir horas de entrenamiento con solo doce niñas, nos encontramos que no teníamos ni pista para entrenar. La pretemporada la hicimos en las pistas exteriores, con las niñas cambiándose en los baños y dejando la ropa en coches. Entonces, nos echaron una mano desde el Pabellón CF y nos integramos con ellos, pero solo había pista para entrenar y jugar en A Carballeira».

En ese polideportivo del citado barrio se disputó el primer derbi frente al Ponte, el precursor de los choques de rivalidad con el actual Envialia, incluida aquella inolvidable final de la Copa Galicia, que difícilmente se irá de la memoria de Manolo: «Fue uno de los momentos culminantes de nuestra historia, porque un equipo con niñas de la cantera llegó a reunir a más de 2.000 espectadores para vernos, de todos modos aunque han sido muchos los momentos buenos, yo me sigo quedando con el día del ascenso a División de Honor, cuando le ganamos al Bilbo».

Al contrario, el entrenador es consciente de que el actual, después de perder a muchas de las piezas claves del equipo, es uno de los más complicados, si no el que más: «Es muy delicado, pero yo sigo confiando en la plantilla. Aunque es corta y con muchas niñas sin experiencia en la élite, yo creo que está creciendo mucho, lo malo es que se nos agota el tiempo».

Con todo, en el seno del Cidade de As Burgas, ni pierden la calma ni olvidan sus inicios y, sobre todo, su estilo: «Desde el principio ya tuvimos un equipo de niñas, que ni siquiera tenían ficha y, ahora mismo, la estructura del club está preparada para estar dos o tres años en Segunda y volver con una plantilla renovada y muy competitiva. En su día también Iria, Ana o Vanessa tuvieron que aprender muchas cosas para jugar en la élite y terminaron siendo internacionales». Si veinte años no son nada a ritmo de tango, en el mundo del deporte la década prodigiosa del Burgas es un suspiro.