La burocracia complica el uso del sistema de préstamo de bicicletas

sara p. peral / r. n. p. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Agostiño Iglesias

El coste anual del servicio es de 5,30 euros y para hacerse con la tarjeta es necesario acudir a sedes municipales

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las bicis vuelven a estar de moda en Ourense. Después de que el préstamo permaneciese inactivo durante más de un año, en el mes de junio el servicio municipal volvió a estar disponible para los vecinos y turistas de la ciudad. La burocracia es la misma que la de entonces y es muy probable que las dos opciones que existen para utilizar BiciOurense hagan perder, al menos, una hora de tiempo a los interesados y siempre en horario de oficina. La buena noticia es que los primeros pasos pueden hacerse desde casa.

Si eligen hacerlo de forma presencial, la primera parada es el servicio municipal de Recaudación, ubicado en la esquina de la calle Colón con Imprenta. Allí proporcionan una carta que hay que rellenar con datos para proceder al pago correspondiente, que asciende a 5,30 euros. Al finalizar satisfactoriamente estos dos pasos, será necesario acudir a la Concellería de Medio Ambiente - situada en la plaza de San Martiño- o a la Oficina de Atención Ciudadana -se encuentra en la consistorial-. Con el resguardo del pago se consigue, al fin, la tarjeta de Biciourense. Si se prefiere, se pueden saltar los dos primeros pasos -Recaudación y banco- y hacerlo desde la web bicis.ourense.com. El formulario para acceder al préstamo está en un documento en esa misma página, junto con la carta con la que se realizará el pago de las tasas a través de la sede electrónica del Concello. En otros lugares no es necesario desplazarse hasta ninguna oficina para conseguir la tarjeta, puesto que se pueden conseguir en las mismas estaciones donde se encuentran las bicicletas.

En pleno mes de agosto donde el calor no abandona la ciudad, un día entre semana era el momento perfecto para probar este servicio. La sorpresa llegó cuando al llegar a la estación del parque de San Lázaro no había ninguna. Una de las estaciones más céntricas de Ourense se hallaba sin bicis disponibles para el uso. Mientras, la ciudad sigue sin un carril bici, lo que convierte la actividad de desplazarse de un lugar a otro en una experiencia no apta para todo el mundo por tener que compartir espacio con los coches.