Henry Vicente: «Ourense debería recuperar la memoria de José Lino Vaamonde»

xosé manoel rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Agostiño Iglesias

El arquitecto, originario de Toén, desarrolló su carrera en el exilio en Venezuela

12 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A José Lino Vaamonde (Alongos, Toén, 1900 - Caracas, Venezuela, 1986) las circunstancias de la vida lo convirtieron en un exiliado. Como tantos otros arquitectos de la época de la República tuvo que optar por marchar del país para evitar un incierto, y quizás irreparable, futuro. Entre las nefastas consecuencias de la Guerra Civil está la de aportar a Venezuela y México toda una generación de arquitectos españoles que desarrollaron su carrera profesional en dichos países. Sobre este colectivo ha trabajado e investigado el arquitecto y profesor venezolano Henry Vicente, quien impartió una conferencia sobre José Lino Vaamonde en el Liceo. Fue presentado por Óscar Gónfer y en el encuentro, organizado por el COAG Ourense y Amigos da República, Elvira Carregado centró su intervención en el exilio profesional y económico que sufren en la actualidad los arquitectos. Henry Vicente, doctor en Arquitectura por la Autónoma de Madrid, fue decano de la facultad en Caracas y el pasado curso ejerció como profesor visitante en la Universidad de las Américas (Puebla, México)

?¿Cómo se gestó la iniciativa para el acto del Liceo?

?Hace años fui comisario de la muestra Arquitecturas desplazadas. Arquitecturas del exilio español. Ahí se recuperaba y se reivindicaba la figura de estos profesionales que tuvieron que exiliarse y la impronta que dejaron en México y Venezuela. Entre ellos estaba José Lino Vaamonde, que sigue siendo un profesional a reivindicar.

?Se refirió a la participación en la salvaguarda del patrimonio artístico en la guerra española.

?En 1927 se licencia en Arquitectura en Madrid y le correspondió la responsabilidad de participar en la salvación del patrimonio artístico. Se temía que los bombardeos de la Guerra Civil destrozasen las obras del Museo del Prado y se trasladó este material a Valencia y luego a Barcelona para protegerlo. Él fue el responsable de acondicionar los refugios que acogieron estas obras en Valencia. Antes de morir, en 1973, editó un libro en Caracas donde refería todo lo acontecido entonces.

?¿Cuándo se exilió?

?En 1938. Sale de España por Francia y desde allí llega por barco a Nueva York. Luego se asienta en Venezuela. Su hijo, que nació en 1937, donó todo su archivo en el año 2001 al Instituto del Patrimonio Histórico Español. Ese material es el que luego se pudo ver en la exposición del Prado Arte protegido. Memoria de la Junta del Tesoro Artístico durante la Guerra Civil.

?«Do refuxio provisorio ao campamento petroleiro» según consta en el título de la conferencia.

?Esa parte de su vida es más conocida. En Venezuela trabajó para una gran transnacional, como es la Shell, y eso se traduce en grandes proyectos para la empresa: campamentos para las explotaciones petrolíferas, edificios iconográficos en el entramado urbano ?oficinas, centros administrativos y de servicios? y también fue el creador de unas gasolineras muy modernas, estamos hablando de los años 50 del pasado siglo.

?¿Se centró de forma exclusiva en el sector petrolífero?

?No, aunque el mundo del petróleo en Venezuela es un universo en sí mismo. Con sus virtudes y sus defectos, como se dice allá. José Lino Vaamonde desarrolló muchos proyectos de colegios religiosos, paradójicamente, que siguen marcando su impronta en el país.

?¿Tendrá continuidad el trabajo en relación a su figura?

?Queda mucho por hacer y Ourense debería recuperar la memoria de José Lino Valencia. Es importante reivindicar el legado del exilio. Como hijo de la emigración, de padre navarro y madre de A Almuzara (Boborás), sé bien lo que digo.