Las dos nuevas calles peatonales se estrenan con ocho multas al día

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Los peatones continúan usando la acera en el entorno del parque de San Lázaro

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta mediados del mes de septiembre de este año, en las calles Xaquín Lorenzo Xocas y en el primer tramo de Cardenal Quevedo, los peatones tenían que conformarse con ir por la acera, pese a que el volumen de tráfico no era excesivamente elevado en esta zona de la ciudad. Mes y medio después de que se tomara la decisión de peatonalizar ambos viales la situación apenas ha variado. Los peatones siguen resignándose a utilizar la acera, toda vez que la decisión de retirar los vehículos a motor no ha ido acompañada de un proyecto de humanización.

Apenas un par de señales y varios maceteros repartidos por ambas calles son la única variación en el mobiliario en la zona. Eso provoca que los coches continúen siendo el centro del vial, tanto los que lo hacen de forma correcta por contar con una plaza de garaje en la zona o porque utilizan el párking subterráneo de San Lázaro como los que se saltan la prohibición y circulan y estacionan en espacios en los que desde hace mes y medio está prohibido.

Y es que, precisamente, la falta de diligencia entre los conductores para acatar el nuevo escenario peatonal de las calles Xaquín Lorenzo Xocas y el primer tramo de Cardenal Quevedo ha provocado que la Policía Local de Ourense haya redoblado su presencia en la zona para disuadir, a base de sanciones, a los conductores rebeldes. Tras una primera semana de tregua, desde el 23 de septiembre hasta el 24 de octubre hubo un total de 234 sanciones por aparcamientos indebidos, casi ocho al día. La mayoría de las infracciones se localizaron en Xaquín Lorenzo, con 173 denuncias por parte de los agentes policiales. En el primer tramo de Cardenal Quevedo, la cifra se situó en 61.

Vieja iniciativa

La apuesta por convertir parte del entorno del parque de San Lázaro en peatonal no es nueva, toda vez que el Concello ya probó de forma experimental el año pasado la peatonalización del espacio. La decisión final llegó tras llegar a un consenso político y con el aval de la Policía Local.

«Estamos nun camiño de non retorno no que se refire á peatonalización»

El concejal de Infraestructuras, José Araújo, llevaba tiempo trabajando en el proyecto de peatonalización de las dos calles próximas al parque de San Lázaro. Ahora que ya es una realidad, explica sus primeras sensaciones y, sobre todo, advierte que se trata de una decisión de ciudad y que no se quedará en una medida puntual: «Ourense empezou un camiño de non retorno no que se refire á peatonalización, fundamentalmente no de darlle protagonismo aos peóns fronte aos vehículos. Iso é grazas ao esforzo que fixeron moitas formacións políticas e da decisión do goberno municipal de facer un movemento participativo no que estiveron máis de 10.000 persoas». Detrás de esta decisión, el objetivo final debe de ser para José Araújo lograr « unha cidade onde a calidade do aire sexa mellor e o peón poida circular sen barreiras arquitectónicas. Esa ten que ser a cidade do futuro».

Los negocios de la zona afectada lo tienen claro: «Vendemos menos que antes»

La prohibición de circular y, por tanto, de estacionar en las calles Xaquín Lorenzo y el primer tramo de Cardenal Quevedo ya va camino de los dos meses desde su puesto en funcionamiento. Es tiempo más que suficiente para que los negocios de la zona ya tengan claro si les afecta para bien o para mal el nuevo modelo peatonal. Y los comerciantes consultados lo tienen claro y no dudan: «Vendemos menos que antes».

Especialmente críticos con el nuevo sistema son los negocios situados en el primer tramo de Cardenal Quevedo, que tiene un cariz más comercial que Xaquín Lorenzo. «Antes había mucho más movimiento de gente, porque se podía aparcar sin problema. Para los negocios, desde luego se estaba mejor antes. Además, me parece un poco absurdo poner una calle peatonal en la salida de un párking subterráneo», explican en la tienda Fiore. A escasos metros, aunque en la acera de enfrente, se encuentra otro negocio de ropa (Only) y la sensación es la misma: «Tenemos menos clientes, porque cuando cambiaba el escaparate mucha gente venía a comprar porque decía que se había fijado al pasar con el coche, pero ahora como ya no pueden pasar lo notamos». Confían en que en la campaña navideña todo se anime y la calle recupere el pulso comercial. Es una sensación que se repite en el resto de locales consultados, aunque en el caso de la calle Xaquín Lorenzo Xocas el impacto es menor, ya que los escasos negocios que hay son de hostelería y, por lo tanto, se ven menos afectados por la reorganización del tráfico.