La sangría poblacional hace que esté en riesgo ser la tercera ciudad gallega

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Si se mantiene la tendencia, Lugo podría superar a Ourense en el horizonte de 2030

12 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La actualización de los datos del padrón de habitantes que anualmente publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) constata que la ciudad de Ourense sufre una sangría poblacional sin fin. La pérdida de vecinos es constante y hasta pone en riesgo el título de tercera ciudad de Galicia. Según los últimos datos actualizados, la capital ourensana tiene 105.233 vecinos. Son 272 menos que hace tan solo un año. El goteo es constante y para encontrar un ejercicio en el que la ciudad ganara población hay que remontarse hasta el año 2010. Hace una década, Ourense contaba con 108.673 vecinos. Es decir, 3.440 vecinos más que ahora.

Es una pérdida constante que se mantiene, aunque con menor intensidad, desde el cambio de siglo. En el 2001, la capital contaba con 109.051 habitantes; un 3,5 % menos que en la actualidad. Es la única ciudad gallega que ha perdido terreno poblacional en lo que va de siglo XXI, donde el despoblamiento del rural ha llenado las ciudades. Esta tendencia provoca que esté en riesgo ser la tercera ciudad de Galicia. Lugo va con el ritmo contrario y gana población incluso a mayor velocidad de la que la pierde Ourense. La capital lucense se ha consolidado en las dos últimas décadas como la cuarta ciudad de Galicia y ha ganado 10.000 habitantes en ese mismo período, pasando de 88.901 a 98.276 vecinos; un 10,5 % más. Esa subida poblacional le ha permitido adelantar a Santiago en el ránking, aunque la capital gallega también ha crecido en ese período aunque a menor ritmo (4,2 % más para tener 97.260).

Otro dato que no invita al optimismo es el hecho de que la ciudad de Ourense es, junto con Ferrol, el único de los principales municipios gallegos que retrocede en población. En el caso de la ciudad ferrolana, el retroceso es mucho más grave, ya que en lo que va de siglo se ha dejado por el camino a más de 14.000 vecinos.

¿Por qué pierde población la ciudad de Ourense? Es una pregunta compleja que no tiene una única respuesta. El éxodo de jóvenes a otras provincias españolas en busca de un mercado laboral más favorable es una de las cuestiones que está encima de la mesa. Aunque los datos del INE son provinciales, si deja constancia de esa tendencia, ya que en el primer semestre del 2019 el saldo migratorio entre provincias españolas ha sido negativo y ha dejado a Ourense con 239 habitantes menos. El envejecimiento poblacional unido al descenso en el ritmo de nacimientos es otro de los motivos que explican esta decadencia poblacional de la tercera ciudad de Galicia. Otro vértice pasa por la huida de vecinos de la ciudad a ayuntamientos limítrofes del área metropolitana. Los datos del padrón actualizado del INE apuntan en esta dirección. Así, Barbadás ha ganado peso como ciudad dormitorio y en lo que va de siglo ha pasado de 6.712 a 11.037 vecinos, lo que supone un incremento en solo dos décadas del 64 %. No a la misma velocidad, pero también ha crecido Pereiro de Aguiar, que ha pasado en el mismo período de 5.120 a 6.275 habitantes. San Cibrao, por su parte, tiene ahora 5.405 vecinos (48, 7 % más que en el 2001).

El gobierno local apela al Centro de Inteligencia Artificial para dar un giro a las cifras

Desde el Concello de Ourense se ve con prudencia el goteo de habitantes que la ciudad se va dejando por el camino. Fuentes del gobierno local apelaron al impacto que en el empleo y en la industria pueda tener el Centro de Inteligencia Artificial para dar un giro a las estadísticas y lograr que Ourense gane habitantes. «Para frenarlo es clave el Centro de Inteligencia Artificial para fijar a la población, y al mismo tiempo, una pieza fundamental para el renacer y la industrialización», indicaron desde el gobierno local, al tiempo que recordaban que esta propuesta ya estaba incluida en el programa de Democracia Ourensana. También la rebaja del impuesto de vehículos que, según defendió Jácome en la oposición, provocaba la huida de censados a ayuntamientos limítrofes