Las deficiencias de la red de agua se ceban con el casco viejo, Vite y Conxo

R.M. SANTIAGO / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Santiago registra anualmente una avería por casi cada dos kilómetros de canalización

19 ene 2021 . Actualizado a las 00:52 h.

La red de agua de Santiago sufre al año una media de una avería por casi cada dos kilómetros, ya sea en las tuberías o en las acometidas. Y eso en el último año, en que Viaqua logró reducir esas incidencias de forma significativa debido a los trabajos para conseguir una mayor estabilización de la presión. A lo largo del 2020 se tramitaron en torno a 280 partes por ambos motivos y por fallos en bocas de riego, aunque estos son residuales en el cómputo global. Así se desprende del relatorio de incidencias en la red que la semana pasada se presentó en la comisión municipal del agua creada para analizar la situación del servicio de cara a la elaboración de los pliegos para la próxima convocatoria del nuevo concurso.

Con más de 450 incidencias desde el inicio del actual mandato (mediados del 2019), el valor de ese relatorio de averías no está tanto en el dato estadístico como en la localización de los puntos que sufren el impacto de las deficiencias en una red de 532 kilómetros de tuberías y con un despliegue muy variable tanto en material como en diámetro.

El casco histórico, Vite, Meixonfrío y la zona de Conxo y A Rocha concentran buena parte de las averías. Estos ámbitos destacan significativamente, aunque los problemas tampoco han sido menores en la zona de Castiñeiriño y Angrois y en el polígono del Tambre. La explicación con respecto al resto de la ciudad está en esa diversidad de materiales de la red.

El 15 % de la red tiene tuberías de fibrocemento y el 10 % son de plástico con más de 30 años de servicio

Hasta el 15 % está formada por tuberías de fibrocemento y el 10 % por tuberías de plástico que tienen ya más de treinta años. Aunque fuera de uso ya desde hace tiempo como solución para la conducción del agua, en Santiago hay zonas donde todavía no se le ha dado relevo al fibrocemento, instalado principalmente en los años 60 y 70. El casco histórico, Vite (excepto la avenida Castelao y algún ramal nuevo) y la zona de Meixonfrío lo tienen todavía. Se trata de un material poco resistente a las fluctuaciones de presión, el principal problema que está detrás de las 130 averías registradas en el último año y medio en todo ese ámbito.

Según Viaqua, la concesionaria del servicio, en una ciudad siempre hay variaciones de presión entre la noche y el día, lo que provoca que este tipo de tuberías tengan más roturas. Y su reparación también es más complicada. Es un material muy quebradizo, lo que introduce la probabilidad de que cuando se repara una avería en un punto se produzca otra en otro punto de la misma tubería.

Polígono del Tambre

Pero Vite y Meixonfrío no son los únicos puntos del norte de la ciudad que sufren las incidencias de los tramos más obsoletos de la red compostelana. En ese ámbito el problema es más grande de lo que evidencian esas más de 130 averías registradas desde junio del 2019 (la fecha desde la que se requirió ese informe), incluido el casco histórico. El polígono del Tambre y su entorno han dejado también una treintena de averías en ese mismo período, ya sea sobre tuberías o en acometidas.

Pero el sur (Conxo y A Rocha, sobre todo) y el suroeste (entre Castiñeiriño y Angrois) saben también de cierta cadencia en las averías. En los barrios de la salida hacia Ourense estuvieron por la treintena, pero la zona de Conxo acumuló en el último año y medio en torno a 75, tantas como el casco histórico solo. En Conxo son especialmente significativas, por su reiteración, las deficiencias de Benéfica, Torrente y O Penedo, que superaron, cada una, la media docena de averías en el último año y medio. También lo hizo la calle Carlos Maside (Vite) y Son de Abaixo, e incluso la Vía Edison (Polígono del Tambre) y la céntrica Rúa do Vilar. Los registros más elevados los tuvieron O Penedo y la Vía Edison, con ocho incidencias. El Ensanche no llegó a la decena.

La ciudad y el rural requieren una inversión superior a los 80 millones de euros

 

 

Renovar las redes de abastecimiento más obsoletas, actualizar la estación de tratamiento y extender ese servicio y el de saneamiento a todos los núcleos del rural requiere una inversión superior a los 80 millones de euros. Esas son las cuentas que está echando el Ayuntamiento, al margen del gasto que supondrá para Raxoi su participación en la financiación de la nueva depuradora. Y esa es la baza que expone el Concello para mantener un régimen de explotación concesional ante las demandas de la oposición, sobre todo de Compostela Aberta, para que se valoren alternativas. Esta formación apela a ese mismo dato para reivindicar que quizá haya que cambiar el modelo de gestión, pero desde el gobierno no hacen concesión alguna en ese sentido. La inversión que exige la modernización y extensión del servicio es de una magnitud inasumible para el Concello, argumentan, por lo que mantendrá la gestión concesional, a la que se vinculará esa inversión.