Doce años de cárcel para el conductor sin carné que arrolló y mató a un motorista en Ourense y luego se dio a la fuga

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

INAKI OSORIO

Los jueces dan por hecho que el acusado prefirió sacrificar la vida de la víctima a permitir que se descubriera que no tenía el permiso vigente

19 abr 2021 . Actualizado a las 17:08 h.

La familia de la víctima y la Fiscalía pidieron un castigo ejemplar para el conductor que en septiembre del 2019 arrolló y mató a un motorista y luego se dio a la fuga, y los jueces así lo han dictaminado. En una sentencia que ha sido notificada este mismo miércoles a las partes, la Audiencia Provincial de Ourense ha impuesto una condena de doce años de prisión para Carlos Pérez Pérez, al que consideran culpable de un delito de homicidio doloso y de otro contra la seguridad del tráfico en concurso con una conducción temeraria.

Ninguna duda han albergado los jueces en cuanto a la escasa credibilidad del testimonio del acusado, que basó su defensa en la negación de los hechos, asegurando que no condujo el coche involucrado en el accidente aquel día y atribuyó las culpas al copiloto, descubriéndose en el juicio que este último ni siquiera sabe conducir. Creen sobradamente probado los togados que era él quien conducía, no solo por lo declarado por varios testigos y las grabaciones de varias cámaras de seguridad que lo recogieron en una estación de servicio y una cafetería antes del accidente, sino que además tienen en cuenta los inequívocos hallazgos en el Audi A4 que atropelló a la víctima, cuya palanca de cambios tenía ADN del acusado, con restos suyos también en el volante. «Ninguna duda ofrece que el acusado Carlos pilotaba el día de los hechos el vehículo Audi», asegura la sentencia. A partir de ahí, un duro reproche a la conducta mantenida por el imputado, que acabó con la vida de un hombre de 37 años que volvía a Portugal tras haber hecho una gira en moto con su padre. Este último iba delante de su hijo cuando lo escuchó gritar por la radio emisora, viendo enseguida pasar a su lado a toda velocidad al coche negro cuya matrícula recordó en el juicio y que nunca olvidará. Tampoco que el conductor, ahora condenado, iba sonriendo después de haber pasado por encima del cuerpo de su hijo. Una escena terrible.

«De la prueba practicada se estima innegable que el acusado conocía que generaba un peligro bien concreto con su temeraria conducción» dicen los togados, recordando que quedó probado que el acusado superaba los 125 kilómetros por hora en una zona señalizada a 60, en la salida de los túneles de Vista Hermosa de la N-525, en dirección Madrid. Calificando de «insensata» su forma de conducir, dan por hecho que el acusado sometió con su conducta a un grave riesgo que finalmente no pudo controlar, sin importarle las consecuencias. «No solo no frenó tras contactar con especial violencia con la motocicleta, sino que aceleró y con ello arrastró brutalmente al motociclista, lo que a buen seguro le causó la muerte», describe la resolución, que tampoco pasa por alto el despreciable comportamiento del acusado, que prefirió sacrificar una vida a permitir que se descubriera que no tenía permiso de conducir. «Antepuso su propósito de no ser descubierto a aminorar el daño físico a tercero para él ya evidente pese a las reiteradas advertencias de su copiloto, que le instaba repetidamente a ello», reprochan el tribunal, en el que ha ejercido como presidente el magistrado Manuel Cid Manzano.

«Es evidente que representándose como probable un resultado nocivo muy grave, acepto la consecuencias de su actuación», concluyen los jueces, que no ven por tanto conducta imprudente, sino dolosa, en el conductor, y le imponen una pena de diez años de prisión. A ello se suman otros dos años por el delito de tráfico derivado de no tener permiso de conducir y su conducta temeraria al volante.

Queda absuelta del cargo de encubridora Josefa P. G., la mujer que dio coartada al acusado para el día de los hechos. Los jueces no ven probado que supiera que Carlos, pariente suyo, se había visto involucrado en el accidente.