Nicolás Rauglaudre, el peregrino de la pierna ortopédica, se despidió de Ourense

F. Ulloa OURENSE

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

El cierre del albergue de Castro Dozón le obligó a terminar la etapa hacia Lalín en autobús

16 jun 2021 . Actualizado a las 19:44 h.

Nicolás de Rauglaudre se despidió de las tierras ourensanas para proseguir su ruta xacobea. En Santiago de Compostela pondrá fin a un nuevo capítulo en su extensa trayectoria como peregrino. Una aventura que inició en 2013 y que ha relatado en varios libros, entre ellos el titulado Relato de un peregrino con una sola pierna por el Camino de Santiago (Récit d'un pèlerin unijambiste sur le Chemin de Compostelle) en el que volcó las experiencias vividas en el medio centenar de etapas que cubrió para completar la ruta entre Roncesvalles y Compostela. También pueden seguirse sus andanzas en un blog (https://blog.nicolasderauglaudre.net/?page_id=2815) en el que va volcando sus vivencias y sus sentimientos, los encuentros y las anécdotas del día a día, en un viaje que no solo es físico, sino emocional. «Las razones de por qué hago el Camino han evolucionado con el tiempo; al principio, para poner mi cuerpo a prueba», señala este francés con una pierna ortopédica que recorre 14 kilómetros diarios a una media de dos por hora, según sus propias mediciones. Pero más allá de lo físico, Nicolás de Rauglaudre se mueve por las rutas xacobeas por su visión filosófica del mundo «que coincide con una visión nómada que además me permite hacer una revisión de mi vida y la historia», añade. La Asociación de Amigos del Camino Mozárabe es su apoyo en esta ruta que inició en 2019, entre Almería y Córdoba y que continuó, a pesar del covid en el 2020 para llegar a Salamanca. El pasado 21 de mayo retomó en la ciudad castellana un periplo «que el cierre de los albergues complica mucho; he tenido que dormir fuera, en el campo, muchas veces», comenta. Tras abandonar la provincia de Ourense volvió a toparse con ese inconveniente en Castro Dozón, lo que le llevó a tomar un autobús hacia Lalín para hacer noche.

Aunque su mujer y uno de sus sus cuatro hijos le han acompañado en un par de caminos anteriores, lo habitual es que este físico francés, aficionado al piano, viaje solo. «Me gusta mucho la soledad y el silencio», comenta. Nicolás, sin embargo, no desecha compartir algunos kilómetros con quienes le alcanzan en cada etapa. «Las reacciones de los caminantes cuando me ven con mi pierna ortopédica son muy variadas, y a menudo es muy divertido», comenta este peregrino que hoy valora especialmente lo que le aportan esos encuentros y reuniones con otras personas, al igual que la oportunidad «de estar más en contacto con la naturaleza». Además de impulsar el Camino Mozárabe con los más de 4.000 kilómetros que ha recorrido, su objetivo en este viaje es encontrarse en Santiago de Compostela con otro peregrino francés también amputado que ha hecho el Camino desde Bretaña.