Vecinas de A Pereira empezaron a trabajar en los adornos, hechos a ganchillo, en el mes de julio
07 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En A Pereira, en Rairiz de Veiga, la Navidad no se improvisa. Se empieza a preparar en pleno verano, cuando el calor aprieta y las tardes parecen eternas. En julio, un grupo de mujeres comenzó a reunirse cada tarde bajo la sombra de un gran árbol, alrededor de unas mesas de piedra que desde entonces se convirtieron en su punto de encuentro habitual. Allí, entre conversaciones y risas, fueron dando forma a lo que hoy decora cada rincón del pueblo: cientos de adornos navideños tejidos a ganchillo. «Como estábamos todas sin hacer nada, decidimos aprovechar el tiempo», explican ellas. En muchas casas había montones de lana vieja guardada y aquel material olvidado se transformó en estrellas, bolas, lazos y figuras que hoy visten farolas, balcones y árboles. Los vecinos animan ahora a descubrir este rincón con encanto. Recomiendan hacerlo entre lusco e fusco, ese momento mágico entre el día y la noche en el que todavía se distinguen los colores de la lana y, poco a poco, se van encendiendo las luces navideñas. Entonces, los tejidos brillan, el pueblo se ilumina y la Navidad cobra vida de una forma muy especial.