«Afloraron muchos casos de niñas que sufren violencia sexual en sus casas»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

Miembros de una oenegé guatemalteca explican el resultado de un programa educativo financiado desde Galicia

22 ene 2019 . Actualizado a las 20:00 h.

A quienes donan dinero para una causa benéfica, con toda lógica, les gusta saber para qué sirvieron esos fondos. Ayer, en Barro, miembros de la oenegé InteRed y de la Fundación Pedro Poveda de Guatemala explicaron en qué se invirtieron los 49.000 euros que les envió desde Galicia el Fondo Galego de Cooperación e Solidaridade ?una entidad de la que forman parte numerosos concellos y varias Diputaciones?. El encargado de poner voz al proyecto que se llevó a cabo en las tierras guatemaltecas de Chinautla fue Jorge Monroy. Contó que se llevó a cabo un programa para prevenir la violencia contra las mujeres y, específicamente, para luchar contra las agresiones sexuales. La cosa no se quedó en unos talleres hechos en colegios y puntos. Monroy explicó que fue mucho más que eso.

Para empezar, contó que se trabajó tanto en colegios de una zona urbana como en otros muy rurales. Y que lo que encontraron en unos y otros fue diferente. Se trabajó primeramente con los maestros. Dice que se encontraron con que muchas profesoras «reconocían que ellas mismas son víctimas de violencia en sus hogares». También se toparon con que los docentes necesitaban formación porque, en una zona con tasas de embarazos adolescentes elevada, los profesores no sabían cómo abordar el asunto del sexo. «Necesitaban herramientas, el sexo todavía es un tema muy tabú allí», dice.

Incesto y embarazos

El programa sirvió también para dar voz a las propias estudiantes. Entonces, los formadores se quedaron de piedra: «Afloraron muchos casos de niñas que sufren violencia sexual en sus propias casas y que gracias a este proyecto se atrevieron a contarlo. Vimos que era muy necesario trabajar en esa línea, establecer protocolos de actuación y tratar de ayudar a esas jóvenes. Todo esto ocurrió, sobre todo, en la zona rural donde están todavía muy arraigadas tradiciones como el incesto, donde hay agresiones sexuales en el ámbito doméstico que no se cuentan, y donde son un grave problema los embarazos en chicas muy jóvenes».

Tras los talleres, los programas formativos y las charlas ahora toca lo más difícil. Intentar que todo ello haga que autoridades y colectivos tomen conciencia y se establezcan protocolos para frenar la violencia contra la mujer. El reto no es pequeño, pero personas como Jorge Monroy, formador de la fundación Pedro Poveda, lo tienen claro: «Tenemos que seguir luchando», dice en medio de su visita a Galicia.

Ayer se habló del proyecto guatemalteco en Barro porque allí fue donde se celebró una reunión de la Rede Municipalista Solidaria del Fondo Galego de Cooperación. El alcalde, Fernández Abraldes, ejerció de anfitrión.