Dieciséis detenidos en un doble operativo policial contra el narcotráfico

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La investigación se precipitó al detectarse en Pontevedra a «uno de los representantes más destacados de un grupo de narcotraficantes colombianos»

24 jun 2019 . Actualizado a las 10:16 h.

La Policía Nacional, junto con autoridades policiales y judiciales de Estados Unidos, Colombia y Gran Bretaña, han desarticulado dos organizaciones criminales a escala internacional dedicadas al narcotráfico. Las redes, al parecer, tenían intención de introducir la droga por Pontevedra, mientras que las dieciséis detenciones se sucedieron en Madrid (9), Barcelona (2), Málaga (2) y Reino Unido (3).  

Todo parece indicar que la droga -más de uno tonelada de cocaína-, una vez introducida por la provincia, iba a ser distribuida tanto en España como en Reino Unido. «Las organizaciones criminales, una de origen colombiano y otra británica, se habían unido para compartir logística, si bien mantenían sus estructuras separadas», reseñaron desde la policía, al tempo que subrayaron que los agentes detectaron «sofisticados sistemas electromecánicos de ocultación de la cocaína en los vehículos que utilizaban para transportarla». 

Esta investigación se en julio del 2018 cuando la Policía Nacional, fruto del permanente intercambio de información internacional, tuvo conocimiento de la llegada a nuestro país de uno de los representantes más destacados de un grupo de narcotraficantes colombianos. Este individuo, que fue detectado en las Rías Baixas, «presuntamente, estaba ultimando los preparativos para hacer llegar una importante cantidad de cocaína a España». 

De hecho, se comprobó que «contaba con los contactos y la infraestructura necesaria en España para hacer llegar la sustancia estupefaciente a nuestro país». De este modo, junto a dos de los máximos responsables, viajó hasta distintas ciudades de la provincia de Pontevedra para negociar una posible vía de entrada del estupefaciente. A principios de agosto, se detectó nuevamente la presencia del líder del grupo en Pontevedra, «esta vez acompañado de otra persona que se había establecido como delegado de otro grupo ?británico- que había constituido una sociedad criminal con el grupo del investigado para aprovisionar de cocaína su país». 

La aparición de este individuo británico propició que se iniciase la investigación conjunta con el N.C.A y el South East Regional Organised Crime Unit de Gran Bretaña, «ya que contaban con referencias sobre su vinculación con el crimen organizado y el tráfico ilegal de estupefacientes en su país de origen». Además, se verificó que contaba con varios colaboradores que protegían una vivienda de seguridad alquilada en la localidad de Villaviciosa de Odón (Madrid).

Estrategias distintas

Las estrategias de los dos grupos eran muy diferentes. Así, el líder de los colombianos únicamente viajaba a España para coordinar la llegada y entrega de la droga a sus clientes, mientras que el británico, sin embargo, se encargaba de preparar y coordinar toda la recepción y posterior distribución de la parte correspondiente a su grupo.

Los investigadores realizaron seguimientos de los sospechosos hasta que en abril comprobaron cómo los integrantes del grupo colombiano llegaban a la capital madrileña para alojarse en distintos hoteles de lujo con el fin de no levantar sospecha sobre los verdaderos fines de su viaje. De acordó que la entrega de la droga se realizaría en un área comercial de Leganés (Madrid), una transacción que frustró la policía en el momento que la coca estuvo en poder del grupo del británico. Al mismo tiempo que policías nacionales detenían a los ocupantes de los vehículos e intervenían los automóviles, en las ciudades británicas de Londres, y Windsor así como en el condado de Dorset se procedía al arresto de los miembros de la organización que controlaban la operación desde aquel país.

En cuanto a la organización colombiana, reseñan desde Interior, a pesar de que el acuerdo alcanzado con los hombres que almacenaban la droga estaba cerrado, mantuvo estrictas medidas de seguridad en torno al lugar de la entrega: «Una vez comprobado que el párking se hallaba despejado y libre de control policial, el jefe de la organización ordenó a sus hombres que trasladasen la cocaína hasta el lugar fijado. En ese momento, los agentes detuvieron a todos los miembros del grupo criminal, y comprobaron que la furgoneta que conducían almacenaba una muy importante cantidad de cocaína».