Concellos turísticos se blindan ante visitantes a segundas residencias en Semana Santa

L. Penide / M. Gago POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

La Policía Local realizarán controles en los accesos al municipio

04 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La proximidad de la Semana Santa y el temor de que se produzcan incumplimientos al confinamiento decretado a raíz de la pandemia de coronavirus, ha llevado a diversos municipios turísticos del entorno de Pontevedra a ultimas un plan especial de control para este período festivo. De este modo, los agentes municipales de concellos como Poio intensificarán la vigilancia que ya están llevando a cabo desde la promulgación del estado de alarma.

«En Sanxenxo estamos contando en esta situación con la estrecha colaboración de las fuerzas de seguridad del Estado como la Guardia Civil y el Ejército», explicó por su parte ayer el regidor sanxenxino, Telmo Martín. «Tenemos un dispositivo especial de seguridad en Sanxenxo desde el principio y los controles se han intensificado desde hace diez días. La coordinación entre Policía Local, Guardia Civil y la Brilat está siendo perfecta en constante comunicación a través de la Subdelegación del Gobierno. Estoy convencido de que no hay ninguna posibilidad de que nadie pueda desplazarse desde sus respectivos destinos a otras ciudades tanto por las medidas de control como porque el 99 % de los españoles son responsables y están cumpliendo el confinamiento en sus casas», valoró.

Entre las medidas previstas en Poio, por su parte, se encuentran las de establecer controles de carreteras en los accesos al municipio, pero también se realizarán patrullas por los entornos de playas, paseos y parques públicos. De igual modo, y según confirmaron las fuentes consultadas, se establecerá una supervisión para controlar y vigilar las segundas residencias.

El objetivo es detectar y, llegado el caso, denunciar a todas aquellas personas que hagan oídos sordos a las restricciones de movimiento establecidas por el Gobierno central. En este sentido, Antonio Duarte, jefe de la Policía Local, precisó que hasta principios de esta semana se habían tramitado 110 denuncias, mientras que cinco vecinos son considerados reincidentes al acumular dos denuncias, por lo que se exponen a la detención si reiteran su conducta.

Estas actuaciones se complementaron con setenta controles estáticos en los que se inspeccionaron unos 3.500 vehículos y se identificaron a 700 personas.

Dos refuerzos policiales

A la hora de acometer estas labores, el cuerpo municipal cuenta desde el pasado miércoles con nuevos refuerzos, dos auxiliares contratados por cuatro meses y que trabajarán en horario de tarde. Desde el Concello precisaron que «axudarán nas tarefas de vixiancia e control que está levando a cabo o corpo de seguridade local para garantir que se están a cumprir as directrices marcadas desde o inicio do confinamento».

Por su partes, desde el Concello de Poio recordaron que la misma tarde del 14 de marzo, día en el que se conoció la promulgación del estado de alarma, se procedió al precintado «de todas as praias e paseos do municipio», así como se restringió «a entrada a sendas peatonais». Ambas medidas se adoptaron en una reunión de urgencia en la que participaron la concejala de Seguridade Cidadá, Marga Caldas, y responsables de la Policía Local y de la agrupación de voluntarios de Protección Civil.

Se estableció que «serán estes corpos os encargados de notificar sobre as medidas adoptadas a todos os establecementos», así como se acordó que transitasen «patrullas con megáfonos para informar á veciñanza». En este punto, desde el Concello recordaron que «o incumprimento das medidas establecidas pode supoñer sancións económicas».

Por su parte, el alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos, ha pedido a la Guardia Civil «extremar» los controles en la entrada a este municipio en los próximos días.

Las autoridades ya han detectado personas haciendo «preparativos» para desplazarse a sus segundas residencias, lo que supone una «amenaza» de expansión del coronavirus.

Todos los municipios subrayan que están «acordonadas y cerradas» sus playas y que todos los establecimientos de restauración y ocio han cerrado