Pasión de «peregrinos» en los acantilados de Ons

Marcos Gago Otero
Marcos Gago BUEU / LA VOZ

PONTEVEDRA

XOS DE LA FUENTE

La isla es hogar de varias especies de aves rapaces

05 mar 2021 . Actualizado a las 20:43 h.

La primavera la sangre altera dice el refrán popular, y aunque todavía estamos a 5 de marzo y falta agotar unas semanas del invierno, el sol de esta semana también despertó los instintos más naturales. Y si alguien lo duda que se lo digan a una pareja de halcones peregrinos, captada en plena cópula en los acantilados de Ons. La imagen ha causado sensación en las redes sociales del Parque Nacional Illas Atlánticas. Las dos aves, que fueron avistadas por el personal del Parque Nacional, escogieron para ponerse cariñosas una roca en la zona del Buraco do Inferno, esa parte de la costa de Ons que la tradición llena de leyendas y misterios, de noches de tormentas y de voces extrañas, pero que en esta ocasión, sirvió para que esta pareja de halcones diese rienda suelta a su pasión. Al fin y al cabo, la vida sigue aún en el invierno del covid.

En Ons, no todo son gaviotas y cormoranes. También hay aves de presa y los halcones peregrinos (Falcon peregrinus), como los que se ven en la foto que ilustra este reportaje son una de las especies que lo habitan. Esta fotografía del Buraco do Inferno sirve también para dar una mayor presencia, ante el gran público, de estas aves rapaces que han elegido el entorno insular para vivir. Desde el Parque Nacional inciden en que estas aves aprovechan los escarpados acantilados de Ons y Cíes para hacer sus nidos.También sobrevuelan las Illas Atlánticas el azor (Accipiter gentilis), el miñato (Buteo buteo) y el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus). 

El halcón peregrino, informan desde Medio Ambiente, es un ave que presenta dimorfismo sexual. «A femia xeralmente é entre un 15 e un 30 % máis grande e un 40 ou 50 % máis pesada que o macho». Caza lanzándose en picado contra sus presas y a una velocidad de vértigo que hace que se considere una de las más rápidas del mundo. Cría en las cornisas de los acantilados rocosos que abundan en las Illas Atlánticas y su puesta tiene lugar entre los meses de marzo y abril.