«La lucha por la igualdad ya es global, las mujeres hemos perdido el miedo»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

La directora general de Change.org para Asia, Latinoamérica y África, la pontevedresa Irene Milleiro, asegura que la revolución feminista está en países hasta ahora silenciados

06 mar 2021 . Actualizado a las 10:59 h.

Activista, feminista y como ella misma se define una idealista realista. Irene Milleiro (Pontevedra, 1976) es la directora general de Change.org para Latinoamérica, Asia y África después de haber estado al frente de la plataforma en España. Ha peleado por romper el techo de cristal allá donde ha ido. Y lo ha conseguido a título individual, pero también cree que la agenda de los derechos de la mujer ha venido para quedarse a nivel mundial. «Se ha perdido el miedo», apunta Milleiro, licenciada en Derecho y con un máster en derechos humanos y democracia.

-Dirige la plataforma Change.org para Asia, Latinoamérica y África y forma parte de los 25 líderes sociales de España en la Fundación Open Value. A las puertas del 8M, ¿está todo el planeta en sintonía en la lucha de la igualdad?

-Son diferentes y hay alguno que te sorprende, en la India por ejemplo hay una campaña muy fuerte por el acceso de las chicas a los productos de la higiene femenina. En otros países, se ve una lucha por el derecho al aborto, en otros, sin embargo, contra la violencia de género, en la pandemia se ha visto una mayor dificultad para la protección de las mujeres más vulnerables. Lo que está claro es que la agenda de los derechos de la mujer es cada vez más fuerte en todo el mundo. Se ven más referentes y se ha perdido el miedo, ha llegado el momento de alzar la voz. En la India estamos comprobando que hay un gran incremento de mujeres que opinan y se están consiguiendo muchas cosas con el Gobierno. Las mujeres se sienten con otra fuerza y hay que responder.

-¿Se ha encontrado muchos obstáculos hasta llegar a dónde está?

-A mí siempre me movió el sentimiento de justicia y de trabajar por ella, pero la vida me ha ido llevando hasta aquí. Estudié Derecho y luego hice un máster en derechos humanos y democracia que me abrió las puertas a entrar en el mundo de las oenegés y de la justicia social. Mi curiosidad y no tener miedo a aprender y viajar me han ayudado a llegar.

-Ha roto su particular techo de cristal, ¿en algún momento pensó que no podría?

-En estos momentos somos cuatro mujeres liderando la fundación y lo hemos conseguido juntas, pero sí que lo he notado en muchos ambientes y en mi trabajo también. Hubo una época en la que trabajé en la Comisión Europea en Bruselas y era más difícil, tenías que demostrar más. Había cierta hermandad entre los hombres, costaba entrar y hacerse escuchar en esos ambientes. Tenemos que perder ese miedo y acostumbrarnos a hablar en esos ambientes donde ellos parecen muy seguros. Hay que romper el hielo y hablar, los techos de cristal están ahí y nos obligan a trabajar cuatro veces más para llegar al mismo destino. A la carga profesional todavía sumamos, la casa, la familia y el cuidado de mayores.

-Eso está pasando en España y lo notó en Bruselas, pero ahora que viaja a países donde la lucha por la igualdad está empezando, ¿nota esa diferencia de género?

-Sí, todavía se nota en aspectos como la forma de comportarse.

-¿Qué le aporta pelear a diario por la justicia social y la igualdad?

-Siempre he sido muy crítica con los trabajos que tengo, no es todo idílico porque estemos intentando cambiar el mundo. Me ha ayudado a entender que de todo se puede sacar algo, creo que en la manera de trabajar en Change.org hay una mezcla entre las virtudes de las empresas privadas y el fijarse objetivos que también son importantes para el sector de las oenegés. No por ser una plataforma todo debe ser asambleario, creo que solo se resolverán los problemas del mundo cuando trabajemos juntos el sector privado, las oenegés y los ciudadanos. Cuando eres más joven crees que se puede cambiar el mundo desde un lado, pero cuando maduras te das cuenta de que solo se podrá hacer combinando todo.

-Tiene un trabajo idealista al que intenta dar forma real.

-Sí, tengo un idealismo realista. El idealismo solo no vale, a veces hay que hacer renuncias y ser concretos para poder lograr lo que nos proponemos.

-¿Cuál es el reto personal que tiene por delante?

-Entrar en África. Acabamos de abrirlo en Sudáfrica y la idea es ayudar a los ciudadanos de ese continente a tener más voz. Es un reto tecnológico, financiero y social.

«La pandemia ha dejado una humanización mayor»

La pandemia y en especial el confinamiento ha hecho que surgiesen alternativas para movilizarse. Irene Milleiro asegura que nos ha despertado una mayor sensibilidad, que espera que se mantenga, «que siga habiendo diálogo».

-¿La pandemia nos ha hecho más activos?

-Sin duda, hemos visto un crecimiento muy grande de peticiones y de gente apoyando, la pandemia ha afectado a tantas personas y a tantos sectores que tenemos peticiones de todo tipo. En estos meses hemos encontrado más respuesta de la gente que en otras épocas, normalmente hay mucha, pero creemos que ha habido una sensibilización o una humanización mayor. Ahora esperamos que la tendencia se mantenga, que siga habiendo diálogo entre los ciudadanos.

-¿También en eso se han invertido nuestras preocupaciones?

- Las temáticas van muy unidas a lo que está pasando en el mundo, muchas estaban relacionadas con la protección de los trabajadores esenciales, relacionados con las ayudas, el empleo, la educación. Hemos sido el reflejo de la pluralidad de las opiniones. El cambio de tendencia a lo on line se veía venir, pero la pandemia lo ha precipitado. Hemos tenido experiencias muy bonitas, como la de una persona en Alemania que hizo una manifestación en Twitter, y piensas: ‘¿Cómo se hace eso? Pedía una renta mínima en Alemania y firmó un montón de gente. Ha habido mucha creatividad que ha salido de aquí. Hay muchos temas en común en todo el mundo, pero es verdad que en algunos países hay debates como la igualdad o los derechos de la mujer, que son más fuertes que en otros.

 -¿Todo tiene cabida en Change.org?

-Todo no, pero casi todo. No se pueden pedir cosas ilegales, discriminatoria, no se puede superar la línea roja de los derechos humanos. No hay una agenda de temas y opiniones, pero sí de protección de los derechos.