Pablo Castro: «Parece que es más probable conocer el amor de tu vida en una aplicación que en el instituto»

PONTEVEDRA

CEDIDA

Sostiene que «detrás de las pantallas nos desinhibimos y podemos dar grandes muestras de amor o de odio»

19 abr 2021 . Actualizado a las 11:34 h.

A pesar de lo que pudiera parecer y de su crítica, el pontevedrés Pablo Castro, autor de Desactualizado, deja claro que «no reniego de los avances. Debemos aprender a vivir con la tecnología, pero hay que salir del piloto automático y cuestionarnos para qué nos es útil». Por el momento, el ensayo se puede adquirir a través de Amazon.

-¿Cómo surge la idea de escribir este libro?

-El libro nace de la necesidad de mejorar nuestra relación con las nuevas tecnologías. Hemos alcanzado un punto de inflexión donde en vez de facilitar nuestro día a día, nos lo pueden llegar a complicar debido a la adicción que generan los móviles, la sobreexposición a la que la gente se somete en las redes sociales, la superficialidad a la hora de procesar la información, la inmediatez y la frecuencia del mensaje que debilita la palabra y las relaciones, además de los nuevos modos de relacionarnos que se han generado y el fácil e inmediato acceso a la pornografía que devalúa el contacto real entre humanos.

-Cuando hablamos de los problemas que generan las nuevas tecnologías, ¿estamos solo ante la punta del iceberg?

-Depende de quién hable de esos problemas. A nivel general, hay fenómenos que son evidentes, como la adicción a las redes o al móvil, y eso sí podría ser la punta del iceberg. De hecho, es una conversación que la gente tiene de forma habitual. En el libro profundizo en lo obvio y señalo lo que aún no se ve, o que sí se ve, pero que todavía no se ha relacionado con la tecnología.

-¿Las nuevas tecnologías que promueven una supuesta hiperconexión no conducen, en realidad, a una hiperdesconexión social?

-Sí. Tal vez, ahora estemos en contacto con más gente, pero de forma menos profunda. Detrás de las pantallas nos desinhibimos y podemos ser capaces de dar grandes muestras de amor o de odio, que luego en persona no daríamos. La forma de conocer personas también ha cambiado. Parece que es más probable conocer al amor de tu vida en una aplicación que en el instituto, en la biblioteca o en el pueblo. Sin embargo, antes con menos posibilidades de elección, los matrimonios duraban más. Esto también tiene que ver con los valores de la sociedad, pero la banalización del sexo y de las relaciones es innegable.

-«Desactualizado, el título, ¿a qué hace referencia?

-A nuestro cerebro en esta época. Un ejemplo claro es lo que nos ocurre con la alimentación. Estamos optimizados para fijarnos y devorar aquellos alimentos que sean más calóricos porque hace no tanto, evolutivamente hablando, no sabíamos cuando íbamos a volver a comer. Priorizábamos ese tipo de comidas. Hoy seguimos conservando ese patrón. Nos resulta más apetecible una napolitana de chocolate que una naranja y no tiene sentido porque no tenemos desabastecimiento de ningún tipo. En la población general, sobran calorías y faltan micronutrientes, pero seguirán escogiendo la napolitana porque en nuestro cerebro desata una respuesta mayor. Nuestro cerebro vive engañado por las trampas de la tecnología. Preferimos un simulador de hacer ejercicio qué hacer ejercicio o la pornografía al sexo en pareja. No es normal sentirse atraído por unos píxeles por mucho que lo que veamos sea una mujer. Esto, de hecho, ayuda también a que vivamos más distanciados unos de otros, la gente tiene la necesidad sexual cubierta y no le apetece bajar a la calle a conocer a nadie.