Las comidas de empresa, ¿se mantienen o hay anulaciones?

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Rubén González, a la derecha, en El Cafetín de la Alameda, supervisando las mesas
Rubén González, a la derecha, en El Cafetín de la Alameda, supervisando las mesas CAPOTILLO

El covid, de momento, solo ha provocado cancelaciones de cenas muy concurridas. Pero la hostelería pontevedresa está en vilo y nadie se atreve a decir qué ocurrirá con las celebraciones sociales

30 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un mes, se daba casi por seguro que la Navidad del 2021 nada tendría que ver con la del 2020, cuando a nadie se le pasaba por la cabeza cenar o comer con los compañeros de trabajo con la que estaba cayendo con el coronavirus. La amplísima cobertura de vacunación era el gran punto en el que apoyarse para pensar en una Navidad como la de antes de la pandemia, volviendo a sentarse con los compañeros de la empresa, los amigos del gimnasio o la pandilla al completo. Pero el covid-19, siempre imprevisible, está retorciendo de nuevo la realidad y la economía. De esta forma, el repunte de casos y el cambio de la normativa desde el pasado sábado mantienen en vilo a la hostelería de Pontevedra. De momento, las anulaciones de cenas se cuentan con los dedos de la mano y responden solo a citas muy concurridas —con más de cien personas— pero nadie sabe qué ocurrirá si la incidencia sigue subiendo desde ahora hasta el fin de semana del 11, el primero marcado en rojo para este tipo de celebraciones sociales.

Vayamos a los que ya están padeciendo el repunte de casos. Entre ellos, el restaurante Mochi pontevedrés. El gerente, Gustavo Sobral, señala que la cita más grande que tenían, con 150 personas, que iba a celebrarse el día 10 de diciembre, ya se anuló. «La cosa está flojilla, la verdad. Ahora mismo la previsión es que diciembre no sea un buen mes», dijo. Tampoco ven bien las cosas en el mítico restaurante Loureiro de Bueu, desde donde señalan: «Yo creo que no se van a hacer ni el 50 % de las cenas. La gente empieza a pensar que prefiere no hacerlas y luego pasar bien la Navidad con la familia».

Desde Casa Encarna (Sanxenxo), otro local clásico para la celebración de grandes comidas de empresa, su responsable añade: «De momento seguimos con case todo en pé. Pero tiñamos unha comida con persoas de O Grove, que eran máis de 200 comensais, e decidiron cambiala para o mes de xaneiro porque alí si que está habendo bastantes casos».

 «Todo está en el aire»

Más allá de estos locales que suelen acoger grandes citas, están aquellos negocios donde lo habitual son cenas medianas o de pequeños grupos. Coinciden al señalar que de momento se mantienen las reservas, pero «todo está en el aire». Lo cuenta Rubén González, de El Cafetín de la Alameda, que explica que las reservas iban muy bien hasta el repunte de la incidencia y que ahora, con el cambio de normativa, tendrán que hacer un ejercicio de ingeniería para cumplir con las distancias y acomodar a los comensales en mesas de ocho.

Pablo Liste, del Savoy Restobar, es de los que quiso curarse en salud: «A mí me daba que las cosas no iban a ir del todo bien y ya decidí con antelación no coger grupos muy grandes. Aún así, al cambiar la norma, tendremos que ver cómo arreglamos». Liste señala que es partidario de que la Xunta aplique todas las restricciones que sean necesarias, porque cree que lo realmente catastrófico sería llegar a tener que cerrar de nuevo. Señala que él está avisando a los grupos que tienen reservas para que todos los comensales sean conscientes de que sin pasaporte covid no entrará nadie a cenar en el local. Desde Casa Román también se anticiparon a lo que podía pasar y no confeccionaron menús para comidas de empresa. Trabajarán solo con carta «porque nos parece lo menos arriesgado», tal y como explican desde allí.

 Los más optimistas

Las palabras más optimistas salían ayer de boca de Patricia Sierra, la directora del hotel Galicia Palace de Pontevedra, en cuyo restaurante también es habitual que tengan lugar muchas cenas de empresa. «La normativa no nos cambia absolutamente nada. Entre hacer mesas de diez y de ocho apenas hay diferencia en nuestro caso, porque tenemos salones muy grandes y pedir el certificado covid es una seguridad para todos», dijo. Señaló que las reservas van bien.