El vial de Pontevedra a Vilagarcía: firme nuevo, problemas viejos

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

BARRO

RAMON LEIRO

La reciente mejora del asfaltado, la más grande de los últimos tiempos, no palía aún las carencias más importantes del trazado

19 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La carretera de Pontevedra a Vilagarcía, la PO-531, estrena traje estos días. La construcción de la rotonda de Sequeiros y la renovación del asfaltado, la obra más grande llevada a cabo en los últimos años, le cambió el aspecto prácticamente a todo el vial. Apenas quedaron kilómetros por aglomerar desde la capital arousana a la pontevedresa. Y ahora los obreros están procediendo a terminar el pintado. El problema es que, parafraseando el refrán, el hábito no llega para hacer al monje. O, lo que es lo mismo, la mejora del firme no solventa las principales carencias del firme, relacionadas con la falta de aceras y con la saturación de vehículos -en el último informe de la Xunta se señala que en el mes de agosto pasan por este vial una media diaria de 20.845 coches-.

Manuel Corredoira, portavoz de la plataforma de afectados por esta carretera, responde con contundencia cuando se le pregunta su valoración de los trabajos hechos en los últimos meses para cambiar el aglomerado del vial: «O do asfaltado está ben, claro que si. E tamén foi importante que se construíra a rotonda de Sequeiros pero as obras aínda son moi insuficientes. Aquí fai falta unha remodelación integral, tal e como se falara no seu día, porque os peóns continúan sen ter seguridade para cruzar. Hai que darse conta de que é unha estrada moi saturada e que vive moita xente á beira dela, xente que ten que cruzar a cada paso por sitios sen seguridade. E de momento non vemos que se fagan beirarrúas». El alcalde de Barro, uno de los municipios por los que transcurre el vial, habla igual: «A obra está ben, pero non chega, segue sen ser unha estrada segura, e iso non pode ser».

Un año crucial

La PO-531 no es una carretera al uso. Es un vial con una controvertida historia de accidentes y de conflictos a cuenta de su remodelación. En los últimos tiempos los vecinos estaban empezando a cansarse de que la Xunta de Núñez Feijoo, que se había comprometido a cambiar el rumbo de la principal vía de comunicación entre la segunda y la tercera ciudad de la provincia, dejase pasar el tiempo sin actuar. Cierto es que en los últimos meses se dio un paso de gigante. Se construyó la tantas veces prometida rotonda del polígono de Sequeiros para eliminar una intersección complicada y se invirtieron más de 600.000 euros en asfaltar el trazado. Pero los conductores siguen con una percepción negativa del vial por una cuestión fundamental: el enorme tráfico que tiene Y la de los peatones tampoco es mejor porque no hay aceras por las que circular con un mínimo de garantía. En junio se anunció la redacción de los proyectos para construir trece sendas peatonales, dos de ellas en la PO-531. Falta que la obra traspase el papel. Mientras tanto, firme nuevo y problemas viejos; históricos.