La uva de Barrantes, en busca de su DNI

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso RIBADUMIA / LA VOZ

BARRO

OSCAR VíFER

El registro de la «folla redonda» supondrá un complicado proceso que tardará cerca de cuatro años

10 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Medio Rural ha puesto en marcha, a petición del Concello de Ribadumia, el proceso para registrar la folla redonda, nombre con el que se conoce a la uva con la que actualmente se elabora el tinto Barrantes. Pero desde la consellería advierten que este trámite no será ni inmediato ni sencillo. Todo lo contrario. El jefe de área del servicio de Sanidade Vexetal, César Iglesias, explica que es preciso realizar una serie de análisis que, por lo menos, demorarán el registro unos cuatro años. Y también sostiene que, aunque se superen con éxito todos estos pasos, eso no significará de ninguna manera que la variedad de uva esté entonces autorizada para elaborar vino. De hecho, recuerda, Europa sigue rechazando actualmente la vinificación de variedades híbridas, como lo es la folla redonda.

No existe actualmente una variedad de uva que se llame folla redonda, argumenta Iglesias. «Lo único que tenemos es un material genético de vid que está sin registrar». Este es un proceso que han seguido todas las variedades de uva reconocidas, pero que con la del tinto Barrantes no se hizo, «porque como no se podía vinificar no se hacía necesario», sostiene. ¿Cuál es la principal diferencia entre la conocida como folla redonda y otras uvas como la loureira o la albariña? Que es un híbrido. «A filoxera arrasou coas plantas da vide, pero atopouse unha planta americana que resistía esa enfermidade e a trouxeron», explica Iglesias. La mezcla entre esas variedades dio lugar a la folla redonda, una planta mucho más resistente con la que, durante muchos años, se hizo vino. Poco a poco, sin embargo, se fueron recuperando las variedades autóctonas y los híbridos quedaron como un cultivo residual en algunas zonas.

Iglesias defiende la necesidad de estudiar ahora la folla redonda. «Hai que conservar todo o material xenético que temos e hai que rexistralo, porque nunca sabemos para que pode servir», insiste. Por eso ahora se realizará lo que se conoce como el trámite para registrar la folla redonda. Comenzará este por una recogida de muestras, de la que se encargarán técnicos especializados. Porque «téñena que facer expertos porque non serve calquera material», añadió el jefe de servicio de Sanidade Vexetal. Los profesionales recorrerán el sur de la provincia de Pontevedra buscando ejemplares que cumplan una serie de requisitos. Necesitan seleccionar un total de quince plantas, que tendrán que ser injertadas sobre un patrón determinado. Porque quien se encargará de realizar todos los estudios no será la Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia, Evega, será un centro de Murcia, que es el autorizado por el ministerio para estos procesos.

Las quince plantas serán enviadas al sur de España para un proceso que, por lo menos, se demorará durante cuatro años. Allí realizarán un análisis morfológico de la planta, detallando todas las características de la misma desde que es una semilla hasta que da el fruto. Posteriormente, será preciso hacer un análisis molecular, «ter o seu DNI xenético», explica Iglesias. «É un híbrido, polo tanto sabemos que ten unha parte de híbrido americano, pero temos tamén que coñecer os seus parentales», insiste. Una vez estudiado el material quedará todavía otro paso: el de comprobar que no está registrada en otra región del mundo. Solo entonces, superados todos estos trámites, se podrá solicitar al ministerio que ese material genético se inscriba con el nombre de folla redonda. Para llegar a este punto es necesario que pasen cuatro años. Porque en Murcia tienen que plantar el material que se le envíe desde Galicia y verlo completar dos ciclos vegetativos. Así que el registro de la folla redonda tendrá que esperar, aunque ya falta menos para que sea realidad.

El Concello de Ribadumia, que fue el que puso en marcha el proceso para inscribir la folla redonda, calcula que solo en la comarca de O Salnés hay unos 800 viticultores que tiene plantada este tipo de uva. Pero lo cierto es que esta cantidad podría ser mucho mayor si se incluyen a municipios de la comarca de Caldas. Localidades como Portas o Barro ya han mostrado su interés por la iniciativa de Ribadumia y han decidido apoyarla. De hecho, el concejal del PSOE, Pepe Lede, dio una charla en Barro hace unas semanas para explicarles a los cosecheros de aquella zona qué están haciendo.

También en Barro y Portas

«Na reunión constatamos o interese que hai nesta zona pola legalización das variedades híbridas», explica José Sanmartín, concejal del PSOE en Barro. Argumenta que la fiesta del vino que todos los años celebra esta localidad está protagonizada, sobre todo, por caldos elaborados con variedades híbridas, como la folla redonda o el catalán. Y, de hecho, al encuentro organizado hace una semana acudieron cerca de cuarenta cosecheros de toda la zona. Ahora, se está estudiando la posibilidad de celebrar otra reunión en Portas, donde también hay viticultores de estas variedades.

Sanmartín es partidario de legalizar estas variedades híbridas, sacar a la luz «toda esta economía sumerxida» que hay en las comarcas de Caldas y O Salnés. Explica que los hosteleros y los furanchos están cansados de las multas que tienen que pagar por comercializar estos vinos, «como se fora contrabando de tabaco ou droga», se queja. Por eso en Barro y en Portas se impulsará la creación de una asociación que reunirá a todos los viticultores con este tipo de cultivos. Su objetivo será el de hacer presión para tratar de legalizar la venta de vino de variedades híbridas.