Begoña Cerqueiro: «Asumir el alquiler de un local para pacientes con párkinson es inviable»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

BUEU

Begoña Cerqueiro, presidenta de Apropark, ayuda a una usuaria de párkinson en la sede central de la asociación en Bueu
Begoña Cerqueiro, presidenta de Apropark, ayuda a una usuaria de párkinson en la sede central de la asociación en Bueu CAPOTILLO

La asociación provincial Apropark combate como puede la falta de espacio para las terapias en su sede central de Bueu

18 abr 2021 . Actualizado a las 18:15 h.

Desde el año 2005 la Asociación de Párkinson de la Provincia de Pontevedra (Apropark) tiene su sede central en la planta baja de la antigua Casa del Mar de Bueu. El colectivo exprime desde entonces un local que si ya se les quedaba pequeño lo es todavía más por las medidas anticovid. La Consellería de Política Social, que asume el coste anual de los gastos de mantenimiento -9.500 euros-, apunta que en Galicia solo hay previsión de devolver al Instituto Social de la Marina (ISM) aquellos edificios «onde se entenda que o seu uso non é óptimo. O que non se quere é ter edificios públicos baleiros e deteriorándose». Una situación en la que desde luego no está «la cesión en precario» de parte de la Casa del Mar de Bueu para Apropark, ya que también se ubica la sede de la Policía Local -que no es accesible- y la base del 061.

Antes del verano se prevé ubicar también en la planta baja, donde estaba el bar, un puesto de atención ciudadana de la Guardia Civil. Un servicio muy demandado por el Concello, pero que impedirá que la asociación que atiende a pacientes con párkinson de distintos concellos pueda ampliar sus dependencias. ¿Se plantea Apropark trasladarse a otra ubicación más amplia? Su presidenta, Begoña Cerqueiro, lo deja claro. Si antes de la pandemia no podían, ahora menos. «Para nosotros asumir un alquiler es inviable. La pandemia ha conllevado una pérdida de ingresos y de usuarios», remacha.

El pasado diciembre, cuando Apropark y el resto de asociaciones gallegas de párkinson, lanzaron un SOS para poder seguir con su actividad, atendían a 146 usuarios en sus dependencias de Bueu, Pontevedra y Vilagarcía. Hoy son 120. «Hubo personas que dejaron de venir porque su estado empeoró después del confinamiento y acabaron en un centro de día o una residencia, y otras que no acuden por miedo al contagio a pesar de tener plaza reservada», señala Begoña Cerqueiro.

Desde la asociación inciden en que siguen con las mismas medias de prevención anticovid, lo que obliga a hacer grupos más pequeños y a reducir el número de servicios. En el caso de logopedia, el grupo es de cinco personas más el terapeuta. En mayo prevén que empiece un grupo más. El año pasado tuvieron que hacer obras para disponer de cabinas individuales de fisioterapia y trasladar las sesiones de logopedia a una zona con más ventilación. El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa y crónica que afecta al sistema nervioso y que padecen a unas 160.000 personas en España. A día de hoy no tiene cura y los tratamientos son sintomáticos. Por ello, las terapias son fundamentales para retrasar el avance de la enfermedad y dar calidad de vida a quienes la sufren.

Todavía sin fisioterapia en el agua, la hidrocinesiterapia

  

Apropark tuvo que cerrar sus sedes más de cuatro meses -entre el 12 de marzo y el 27 de julio- debido al confinamiento y a la pandemia. Desde entonces se han recuperado casi todas las actividades, aunque en grupos más reducidos, menos dos. Se trata de la fisioterapia en el agua, conocida como hidrocinesiterapia, y la gimnasia para personas con movilidad reducida. La primera se hacía en la piscina de Pontemuíños, en Pontevedra, y la segunda en el pabellón de Bueu. La presidenta de la asociación no sabe cuándo se podrán rescatar esas dos actividades. «En el caso de la piscina, por ley podría volver a hacerse la actividad. Pero habría que estar sin mascarilla en el agua y trabajando en grupo. Antes iban 18 personas y habría que hacer grupos de 5. Muchas son personas que necesitan ayuda y en los vestuarios también sería complicado», cuenta Begoña Cerqueiro. Hace hincapié en que la hidrocinesiterapia es una actividad que los usuarios echan mucho de menos. «Somos el único colectivo de párkinson que ofrecía este servicio, que también tiene Amencer para las personas con parálisis cerebral. A través de la Federación de Natación hicimos gestiones por si había algún estudio o si valían las mascarillas de neopreno, pero al final decidimos esperar a que la situación mejore», recalca la presidenta. Quizá haya que esperar a que esté inmunizado contra el covid-19 el 70 % de la población: «Volveremos a la piscina cuando sea seguro».

Por otra parte, Apropark será una de las asociaciones de pacientes que se beneficiarán del céntimo sanitario de la campaña de Vegalsa-Eroski que está dedicada a las enfermedades neurodegenerativas, entre ellas, el párkinson. Es una iniciativa que consiste en donar unos céntimos al pagar con tarjeta.