Una plaga amenaza la supervivencia de los robles y castaños del lago de Castiñeiras

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

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MARCOS GAGO

Un informe técnico revela daños devastadores en los árboles y los comuneros estudian una tala masiva

16 ago 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Una plaga amenaza con dejar secos gran parte de los árboles del área de esparcimiento del lago de Castiñeiras, entre Marín y Vilaboa, especialmente a los robles americanos que dan sombra en la zona de asadores y que crecen en el entorno más grande de mesas del parque. La plaga puede extenderse también a los castaños, una de las especies que abunda en el propio recinto y en su perímetro. Este es el enésimo problema que afronta este área natural, que fue símbolo del turismo en la provincia y cuyo deterioro continúa inexorable.

Los propietarios de estas parcelas afectadas, los comuneros de San Tomé de Piñeiro y de San Xulián de Marín, critican a la Xunta de Galicia, a la que responsabilizan de haberse desentendido del problema cuando estaba en vigor el convenio para la gestión autonómica del área. Ahora, la solución a la plaga puede ser drástica. Según indicaron los dirigentes comuneros, se está evaluando la realización de una tala de los ejemplares afectados, un número tan elevado que podría conllevar un corte masivo de árboles. Ambos líderes vecinales, preocupados por la situación de Castiñeiras, solicitaron el auxilio técnico de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro, que examinó el ámbito del parque y determinó la extensión de la plaga.

El mal estado de salud de algunas especies, como los robles americanos, está dejándose notar ya en muchos ejemplares, que van secando poco a poco, lo que acelera la caída de ramas y el aspecto de descuido del entorno. Los comuneros están preocupados sobre qué pasos tomar porque una tala masiva, sobre todo en las zonas de mesas puede suponer un golpe definitivo a este entorno natural, que no recuperaría su aspecto hasta dentro de muchos años.

Fracasos y promesas rotas

La puesta a punto de lago de Castiñeiras requiere de una cuantiosa inversión en la actualidad, tras muchos años de abandono. La retirada en el 2009 del último animal del cercado popularmente conocido como de los ciervos, permitió a la Xunta del bipartito su transformación en un jardín botánico didáctico. Sin embargo, el proyecto fracasó -ni los colegios se involucraron ni la Xunta hizo trabajos de conservación y mantenimiento- y el recinto de los ciervos está lleno de zarzas.

Asimismo, el propio vaso del lago está muy deteriorado. Las filtraciones que hay en la presa, han acelerado la caída en picado del caudal, que en la actualidad está en mínimos históricos, casi seco. La imagen del lago estos días es la más propia de fines de septiembre que de mediados de agosto.

La última vez que la Xunta intervino para limpiar de escombros, lodos y basura el vaso del lago fue hace 17 años. Desde entonces, se han sucedido las promesas año tras año, sin que se haya hecho nada. El Concello de Marín indica que está gestionando con Augas la rehabilitación del vaso del lago, pero nadie se atreve ya a ponerle fecha, en caso de que se haga esta obra.

Fracasó también más recientemente el proyecto de la fundación del jardín botánico, impulsado por las comunidades de montes, por falta de fondos y de apoyo de instituciones como la Xunta y la Diputación. En estos últimos años, lo único que ha salido adelante es el éxito del Concello de Marín que ha logrado construir asadores homologados que se pueden utilizar en verano, prácticamente los únicos de la provincia.