Maqui, el policía amigo de mil niños

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

MARTINA MISER

Lleva diez años enseñando cómo hay que cruzar la calle y que hay que ponerse el cinturón y el casco

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay días que llega a casa y suelta un «lo dejo». Hay días que algunas puertas se cierran, pero siempre aparece un Pablo de turno que despeja los nubarrones. «Este niño, que tendrá cuatro o cinco años, al preguntarle si hay que cruzar cuando el muñeco del semáforo está verde, te responde que sí, pero que primero hay que mirar por si viene un coche. Esas cosas me sobrepasan».

Pablo es un alumno del colegio de Corón que asistió a una de las clases de seguridad vial que José Luis Maquieira imparte en los colegios de Vilanova. Esto supone unos mil niños por curso, y lleva diez años haciéndolo. Así que no es de extrañar que, Maqui, como le llaman sus chicos, sea el agente más conocido por los chavales del municipio y que más de uno quiera seguir sus pasos y ser policía. «El otro día estaba en Vigo y escucho: adiós Maqui. Yo siempre les digo que me saluden, que yo me olvido de los nombres, crecen tanto...».

Este oficial de policía con veinticinco años de servicio y reservista honorífico de infantería de Marina sabe como captar la atención de los pequeños. En sus clases nadie se aburre; bromea con el Madrid-Barça e invita a los alumnos a golpear con un palo un casco para comprobar como aguanta el impacto. Esta didáctica resulta de lo más eficaz a la hora de inculcarles que hay que caminar por las aceras, ponerse el casco en la bici y usar correctamente las sillas de sujeción. Su labor no muere ahí. «Tengo alumnos que les dicen a los padres que se pongan el cinturón y que no hablen por el móvil cuando conducen».

Su objetivo es educar para hacer peatones, ciclistas y conductores más responsables, y así nació el proyecto «Generación 00: cero accidentes, cero víctimas». Muchos chavales a los que empezó a dar clase en el 2007 tienen hoy el carné, y para él es una satisfacción saber que ha podido contribuir a que alguno de sus consejos pueda evitar un siniestro. Él, por desgracia, ha asistido a demasiados. Ver morir a su compañero Luis es algo que le ha marcado de por vida, quizá de ahí nazca su empeño por la educación vial. De ahí, y de lo que le enseñaron en casa y en la escuela. «Mis valores son el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la lealtad, la disciplina…», y en ello tienen mucho que ver sus padres y Ramón Luis Martínez, Don Ramón, su profesor en el colegio de A Lomba con el que todavía hoy mantiene contacto y al que prodiga una gran admiración y cariño.

Maquieira es natural de Caldas, se crio en Vilagarcía, trabaja en Vilanova y se instaló en Saiar, el mejor lugar del mundo para vivir, afirma. Sus hijos, Judá y Uxía, y sus sobrinos que son como hijos, Lorena y José Carlos, son su principal motivación en la vida. Y después están sus niños, esa legión ruidosa que lo recibe con una sonrisa en la cara cada vez que asoma de uniforme por las aulas. «Yo siempre les digo que soy su amigo Maqui, hasta que cometan una infracción y los pille, entonces soy Maquieira, el policía». No es plato de gusto sancionar a nadie, dice, pero si ve que alguien conduce teléfono en mano o con un niño sin cinturón le hierve la sangre, «entonces no me duele multar».

Apela a la responsabilidad de todos para acabar con las cifras de muertos que cada fin de semana llegan a los titulares del periódico. «Cuando hay cien muertos en un terremoto nos echamos las manos a la cabeza, pero cuando se habla de las víctimas de la carretera, es como si no pasara nada. La gente lo tiene asumido, hasta que te toca».

El entusiasmo que derrocha Maquieira lo ha sabido canalizar mejor que nadie Helena Rodríguez, la responsable de educación vial de la Jefatura de Tráfico de Pontevedra. «El virus me lo metió ella cuando me llamó hace diez años para que diera una charla en el colegio de Baión, y me enganchó». El fruto de esta entente se podrá comprobar mañana a propósito del programa de actos que han organizado en Vilanova con motivo de Día mundial de las víctimas de accidentes de tráfico. Al mediodía habrá un minuto de silencio y se impartirá una charla en el salón de plenos del Concello; media hora después, la comitiva se trasladará al pabellón multiusos donde los niños diseñarán dos grandes ceros con globos, expondrán sus dibujos y se estrenarán los karts cedidos por casas comerciales. Maquieira insiste en que sin ayuda, sea la de Supernito, la de Salva el informático del Concello o la de Jeanne Picard de STOP Accidentes, no podría llevar este sueño adelante, pero es él, sin duda, el alma de un proyecto que ya empieza a dar frutos y, seguro, más dará en el futuro. «Mi labor es hacer mejores conductores, sustituir aquella generación perdida de Vilanova -en alusión a las víctimas de la droga de los años ochenta- por la generación 00».

«Tengo alumnos que le dicen a sus padres que no hablen por el móvil cuando conducen»