Más curiosos que compradores entre sardinas de san Xoán

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Emilio Moldes

«De momento venimos a verlas, luego ya se verá si nos las llevamos», se escuchaba ayer en la plaza de abastos

20 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La canícula se imponía ayer a media mañana en Pontevedra. «No puedo más», bramaba un peregrino a su paso por la calle Real. El hombre, quizás desorientado con tanto calor, acabó desviándose del Camino y haciendo incursión en el mercado de abastos. Allí estaba él, rodeado de chinchos, maragotas y demás especies con su mochila enorme, sus pies llenos de ampollas y su calor descomunal. No parecía importarle demasiado el cambio de rumbo. «Qué fresco se está aquí, es una maravilla», decía con acento norteamericano. En realidad, esa misma sensación, la de que el mercado era un buenísimo refugio ante el bochorno, debieron tenerla bastantes más personas. Y así, a media mañana, entre las sardinas y los jureles de San Xoán había más curiosos que compradores. «Aquí a comprar non ven ninguén, eu estou farta», protestaba una carnicera.

Algo de razón no le faltaba a esta mujer para enfadarse. Sí había bastante ciudadano de miranda, observando el pescado pero sin intención de comprar: «De momento venimos a verlas, luego ya se verá si nos las llevamos», señalaban un par de hombres mientras escrutaban las sardinas. Pero que tampoco cunda el pánico. También hubo quien ya fue a comprar sardinas para congelarlas y sacarlas la víspera de san Xoán o acudió a dejar encargas hechas. Andrea, la responsable de Pescados Elisa, había despachado ayer 18 kilos de la especie. La vendió a ocho euros, un precio que se imponía en buena parte de los puestos, aunque en otros bajaba a los 7, 6 e incluso cinco. Lo contaba Fina, otra placera: «Eu tívena hoxe a seis euros, pero como non se vendeu toda e xa é mediodía agora xa haberá que dala xa a cinco», comentaba la mujer.

Los jureles, el otro pescado que reina en san Xoán, iban ayer a un precio más asequible. A cuatro euros el kilo ya se podían llevar a casa unos ejemplares dignos de ser asados. Aún así, las placeras advertían: seguramente haya escalada de cotizaciones conforme la noche de las hogueras se acerque y la demanda vaya subiendo.

Churrasco, cordero y chorizos

Los carniceros de la plaza trabajaban ayer a medio gas. Señalaban que sus días fuertes serán las vísperas de san Xoán, que es cuando les entran las tiras de churrasco de cerdo, lo más demandado para esa noche. Salvo que sus proveedores le suban los precios, prevén venderlas sobre 5,50 y 5,75 euros el kilo.

Decía ayer Javier, de la carnicería J.V. Veiga, que son también muchos los clientes que se decantan por asar cordero al compás de las hogueras. En este caso, el precio es de diez euros el kilo. La cosa se adereza con chorizos y panceta, faltaría más.

Las que todavía no habían hecho acto de presencia en la plaza ayer eran las míticas hierbas de san Xoán. Pero las floristas señalaban que irán a buscarlas entre mañana y pasado para luego ponerlas a la venta. «Hai que ir por elas, que a tradición vai a máis», señalaba una vendedora.