ADIF cede al Concello el viejo puente del tren en Monte Porreiro por 75 años

ch. c. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El viaducto, en desuso, pasará a ser peatonal y se integrará en una vía verde

18 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Era una operación que prácticamente estaba cerrada hace más de dos años, pero que entonces se congeló. Ahora, sin embargo, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) ha cedido por 75 años al Ayuntamiento de Pontevedra el antiguo puente ferroviario sobre el río Lérez en Monte Porreiro. El Concello tendrá así manos libres para integrarlo en un itinerario peatonal.

La cesión de este viaducto de 116 metros de longitud figura en el convenio firmado por ambas partes y que se dio a conocer ayer lunes. Coincide por tanto en el tiempo con la reivindicación vecinal que aboga por crear una vía verde entre Pontevedra y Arcade aprovechando precisamente los tramos en desuso del trazado ferroviario, sustituido por el nuevo Eje Atlántico. El Gobierno central, del que depende ADIF, toma la decisión tras constatar que no existe previsión alguna para que esta infraestructura pueda volver a tener servicio ferroviario, al haber quedado liberada tras la entrada en funcionamiento el nuevo trazado del Eje Atlántico de alta velocidad. Sin embargo, ADIF mantiene la titularidad sobre el citado recorrido en Tomeza, Salcedo, Pontesampaio y Vilaboa.

La idea del gobierno local del BNG en Pontevedra es habilitar un paseo peatonal y ciclista por este puente por el que pasó el último tren en el año 2014 y que, a día de hoy, carece ya de raíles. En virtud del convenio suscrito, la institución municipal se hará cargo, a partir de ahora, de los costes de mantenimiento y conservación del puente, así como de todas las tareas relativas a la iluminación de la infraestructura.

Además, asumirá la responsabilidad civil sobre el puente y se compromete a no instalar sobre él ningún tipo de elemento que pueda provocar daños en el mismo.

Ahora queda por diseñar el sendero que partirá del puente en cada una de las dos orillas. En la del lado de la ciudad, es decir, hacia Monte Porreiro, la solución es más sencilla a priori. Podría tener una conexión con el mirador de Monte Porreiro o incluso dar acceso a la playa fluvial, a solo unos metros. Sin embargo, en el lado de Lérez, la diferencia de cota complica más la solución, toda vez que el puente daba acceso allí a un túnel, por el que discurría el ferrocarril.