Arquitectos del Ayuntamiento de Barcelona recorren la ciudad para conocer el modelo
14 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«Pontevedra nos deja boquiabiertos. La visita a esta ciudad cumple con creces nuestras expectativas, que eran altas». La arquitecta Rosa López Olmos, coordinadora del departamento municipal de Prospectiva, dependiente de la dirección de Modelo urbano del área de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, se deshizo ayer en elogios hacia Pontevedra y el modelo peatonal que impera en el centro. «Nos está encantando, Pontevedra es un ejemplo», aseguró.
López Olmos estuvo ayer en la ciudad del Lérez al frente de una delegación integrada por otros ocho arquitectos del citado departamento de Ecología, Urbanismo y Movilidad. Su presencia en Pontevedra se gestó a raíz de la intervención de la Diputación y del Concello en una jornada sobre Ciudad y Salud que se celebró en marzo en Barcelona. «Yo ya conocía lo que se ha hecho en Pontevedra e incluso estuve anteriormente en la ciudad -explicó la arquitecta-, pero en aquel congreso establecimos contacto y ahora venimos para intercambiar opiniones y experiencias».
Explicó que el departamento que coordina en el Ayuntamiento barcelonés es el encargado de diseñar «proyectos estratégicos» para la ciudad, y que el objetivo ahora es caminar hacia un modelo «ambientalmente sostenible con el que se quiere mejorar la calidad de vida de los ciudadanos».
Y ahí es donde se produce la sintonía con Pontevedra, afirmó. «Es evidente que somos dos ciudades con realidades totalmente diferentes y que tenemos maneras distintas de hacer las cosas, pero hay cosas que son universales». En este sentido, explicó que los modelos de semáforos con preferencia para peatones -como el de la calle Reina Victoria- o los pasos de peatones sobreelevados fueron algunos de los elementos que vieron en Pontevedra que les servirán de inspiración.
La delegación catalana mantuvo ayer una larga reunión de trabajo en el Concello en la que pudieron intercambiar opiniones con técnicos y responsables políticos del Concello.
Al equipo de trabajo que coordina López Olmos le interesaba especialmente la recuperación del espacio público que se ha hecho en Pontevedra, la supresión de tráfico para «reconquistar» plazas y zonas anteriormente invadidas por los coches. Esa es la filosofía de las superilles o «supermanzanas» en las que «las calles y las plazas sean lugares de encuentro y de juego, de intercambio cultural, económico y social; una ciudad con el aire más limpio, espacios verdes y tráfico pacificado».
Por haber logrado trasladar esa filosofía a la realidad, Pontevedra dejó «boquiabiertos» a los técnicos barceloneses.