Pontevedra estrena farolas que se adaptan al ciclo vital de las personas

Serxio Barral Álvarez
Serxio barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Se trata de un proyecto piloto de la empresa Setga en un tramo de Benito Corbal

15 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo. Dormir por la noche y estar despierto durante el día es un ejemplo de un ritmo circadiano relacionado con la luz». Esa es la primera definición de «ritmo circadiano» que salta si se teclea en un buscador de Internet. Y esa es la filosofía con la que Setga, una de las empresas pontevedresas con mayor proyección internacional, impulsa una nueva generación de luminarias urbanas bautizadas como «Sistema Circadionic».

Se trata de luminarias que «regulan de manera automática el flujo luminoso y el cambio de temperaturas de color, desde luz cálida de un aspecto anaranjado hasta una luz neutra, con un blanco más puro. Estos valores varían gradualmente desde el encendido en el atardecer hasta el apagado al amanecer, con patrones que aportan la luz necesaria para cada momento». Es decir, que la iluminación urbana se van adaptado gradualmente al flujo vital de los ciudadanos, a sus ritmos circadianos.

Efecto PO

El sistema está en fase experimental y está siendo probado, a modo de experiencia piloto, en Pontevedra. En colaboración con el Concello y enmarcado en el Efecto PO2 -el programa municipal para poner en valor los beneficios ambientales del modelo urbano-, la empresa ha instalado ya el sistema en el tramo peatonalizado de Benito Corbal, entre las calles Sagasta y Daniel de la Sota.

A través del propio Concello, desde Setga se explica que el sistema hace que, a medida que avanzan el atardecer y la noche, vaya cambiando la iluminación de la calle. «Durante la tarde, especialmente en los meses de otoño e invierno, cuando el sol desaparece en el horizonte alrededor de las 19 horas, el sistema Circadionic inicia la iluminación con un nivel alto de flujo y empleando una temperatura neutra -explican-. Con ello los peatones y conductores se mantienen activos y en un estado de alerta».

El cambio es gradual, de modo que «sobre las 21-22 horas, cuando la actividad comercial finaliza, el sistema adapta la luz reduciendo intensidad y proporcionando una luz más cálida que no impida la segregación de melatonina, responsable de nuestro correcto descanso».

Y ya cuando es plena noche, la actividad en la calle prácticamente ha cesado y son pocas las personas que pasean por la ciudad, «la iluminación se ha reducido a niveles mínimos de seguridad y la temperatura de color del blanco es cálida».

Pontevedra, banco de pruebas

No es la primera vez que Pontevedra se convierte en un banco de pruebas para la empresa Setga. El semáforo para peatones del entronque entre Reina Victoria y Rosalía de Castro (en la imagen), o los semáforos de San Roque y del segundo tramo de Benito Corbal son otros ejemplos de innovación de la empresa que fueron puestos a prueba en la ciudad antes de su «exportación» a otros lugares del mundo. Y también al revés: las farolas de la renovada Rúa do Gorgullón son un modelo que Setga probó e instaló antes en varias localidades holandesas.

Menos contaminación lumínica

Esos cambios graduales de la intensidad de la iluminación urbana en Benito Corbal se producen a través de una única lente dotada de luces leds «compactadas» que logra, indican desde Setga, «una luz uniforme y con un alto confort visual en todas sus etapas de funcionamiento».

Hay otra ventaja del sistema, que está relacionada con el medio ambiente: «Mediante la reducción de la luz reflejada hacia el cielo y la gestión de temperaturas de color con menor aporte de componente azul -, reducimos la contaminación lumínica y propiciamos la observación del cielo estrellado y reducimos el impacto sobre la flora y la fauna. Además, a través de las reducciones de intensidad estamos reduciendo el consumo eléctrico y su impacto en la huella de carbono».