Este bloguero de Pontevedra vive de viajar por el mundo y contarlo: «Nunca me quejo, soy un privilegiado»

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Está entre los cinco finalistas de los Influencer Awards por su trabajo en Alvientooo

30 mar 2021 . Actualizado a las 09:48 h.

Alberto Ribas es de Pontevedra, aunque pasa pocas semanas en ella. Lo suyo es viajar. Y vive de eso. Con cerca de 24.100 seguidores en Instagram y con más de 20.000 visitas diarias en temporada alta en su blog Alvientooo, este influencer dio un giro a su vida hace siete años, cuando trabajaba en una asesoría de empresas y decidió romper con su presente para vivir un futuro a su medida. Llegar a donde está le ha costado, la competencia es mucha, pero él se va fijando objetivos a corto y medio plazo y siempre con una actitud proactiva. «En un año normal viajo por el mundo y escribo de forma positiva y divertida sobre esos destinos y sobre su gastronomía», comienza explicando Alberto Rivas, que está entre los cinco finalistas de los Influencer Awards en la categoría de viajes. En las otras secciones de este certamen hay caras tan conocidas como la de Pelayo Díaz o María Pombo en el área de moda, o Ana Morgade, en entretenimiento, o el periodista gallego Gonzo, en actualidad.

Ribas se ha colado ahí por primera vez después de siete años de un trabajo al que llegó casi por probar suerte. «Yo siempre viajé mucho y mis amigos siempre me pedían recomendaciones, así que empecé a prepararme. En estos años hice muchos cursos relacionados con las redes y el posicionamiento y sigo formándome en ese campo», apunta este influencer que advierte de que «hace poco que me di cuenta de que puedo vivir de esto, te vas haciendo un hueco y en el mundo de los viajes influye también el boca a boca». Lo primero fue buscar un nombre, una marca que desvinculase su perfil personal con el profesional. Ahí nació Alvientooo, un proyecto que le ha llevado por todo el mundo. «El país que más me ha sorprendido es la India por los grandes contrastes culturales que tiene, estuve allí veinte días», recuerda Ribas, que tiene pendiente viajar a Japón: «Para los españoles esta aventura es costosa, pero me muero de ganas de pasar allí un mes». Este año, él también ha tenido que reinventarse para hacer frente al estancamiento que ha supuesto el confinamiento y la pandemia. Sus redes no se podían parar, aunque él ya no pisase los aeropuertos. Está deseando retomar su actividad, pero por el momento ensalza los tesoros gallegos, otros de los grandes éxitos de su blog. «La gente busca cada vez más el aire libre y la naturaleza, antes igual preferían un hotel en la Gran Vía de Vigo y ahora escogen una casa rural en Cuntis», subraya Alberto Ribas, que ejerce de pontevedrés a la hora de promocionar su ciudad. Entre sus recomendaciones no puede faltar la senda del Lérez. «Pontevedra es la gran desconocida, tiene un centro histórico muy bien conservado y es una ciudad que cuando la conoces, piensas ‘yo podría vivir aquí'», asegura Alberto Ribas, que reconoce que «vivimos en el paraíso y fue aquí donde pasamos el confinamiento».

En sus entradas en el blog resume e ilustra cada viaje una vez finalizado, mientras las stories de Instagram las actualiza diariamente cuando anda por ahí en ruta. «Hace poco estaba en la Toscana y me llegó una invitación de Turismo de Medellín para visitar Colombia y escribir sobre ella», explica este influencer, que lo que tiene claro es que en su día a día no caben las quejas ni las protestas. «Soy un privilegiado, trabajo en algo que me gustan y lo hago de domingo a domingo. No me puedo quejar de nada, viajo por placer, pero también porque empresas o los propios destinos se ponen con contacto conmigo para que genere algún contenido», subraya. Antes del confinamiento se ha mudado a vivir con sus padres porque está todo el año fuera y no encontraba mucho sentido a tener que pagar un alquiler de un piso que no usa.

Los Influencer Awards le ayudarán a tener aún más visibilidad, pero en un par de meses está nominado también a los Escapada Rural. Mientras no se recupere la movilidad, Alberto Ribas seguirá disfrutando de las Rías Baixas. «Ahora viajar es ir a tomar un café a Bueu», dice con el mismo entusiasmo que pone cuando atraviesa el planeta.