Primaria 13 meses después: mucho más que consultas telefónicas en Pontevedra

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Un usuario accede al centro de salud del Espadenal, en Cuntis
Un usuario accede al centro de salud del Espadenal, en Cuntis CAPOTILLO

Médicos del primer eslabón de la sanidad reclaman medios para ser más resolutivos

19 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«La atención primaria ha sido capaz de lidiar una pandemia en el siglo XXI con las herramientas del siglo XX». La frase, dicha el pasado 12 de abril, Día de la Atención Primaria, por las entidades científicas que integran el foro nacional de médicos de este nivel asistencial resume el sentir de muchos profesionales del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. La pandemia que lo alteró todo en el 2020 paralizó en Galicia la aplicación del plan de mejora de primaria de la Xunta, no exento de controversia. Asociaciones, sociedades y sindicatos creen que es el momento de que primaria recupere las competencias perdidas en los últimos años para dotarla de capacidad para la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad a nivel comunitario. Su verdadera razón de ser.

Tras trece meses combatiendo el SARS-CoV-2, crecen las quejas ciudadanas por las consultas telefónicas y en varios concellos del área de salud se reclama en la calle la vuelta a la atención presencial en los centros de salud. Algunas de las movilizaciones son convocadas por el BNG y otras por la plataforma SOS Sanidade Pública. Pero, ¿qué piensan los facultativos? De entrada, los consultados por La Voz insisten en un mensaje común: se mantiene la consulta telefónica, pero se cita cada vez más presencialmente y, desde luego, siempre que se necesita.

Carlos Názara, especialista en Medicina Interna y de Familia y facultativo en el centro de salud de Marín, hace una reflexión. «La atención primaria tiene una dualidad, por un lado, es la puerta de entrada al sistema sanitario y, por otra, es el muro de contención cuando ocurren cosas de este tipo, una pandemia, o el riesgo cardiovascular, que si no colapsaría los hospitales». En su opinión, hay que poner en valor el papel de una primaria abandonada y castigada por lo que llama «hospitalocentrismo».

Acceso a los recursos

«La atención primaria no se arregla con pequeños parches, enviando un ecógrafo a no sé donde o un electro. Déjame pedir una resonancia o un TAC de forma libre y sin que muchos compañeros se molesten por la derivación», subraya Názara.

Luis Fransi, médico en el centro de salud de Lérez, en Pontevedra, comparte posicionamiento, pero matiza sobre las quejas durante la pandemia que el ciudadano tiene derecho a la atención y eso nunca se perdió por la consulta telefónica. «Es cierto que se cita cada vez más presencialmente porque también hay presión política para que se aumenten las consultas presenciales». Apunta que si bien la consulta telefónica actúa como filtro y es mejor entendida por la gente joven, no vale para todo: «Cuando es necesario porque tienes que ver la lesión, se cita presencialmente. En la consulta telefónica también hay quien exagera para que le hagas caso o a quien te cuesta entender porque no se expresa bien».

Luis Fransi insiste en que el problema de base es la falta de recursos, en especial de personal, y agendas a veces imposibles de cubrir, además de otras funciones añadidas, como sucede en su centro con la vacunación en sus casas de personas mayores de 80 años dependientes, que corre a cargo de enfermeros de este consultorio.

Carlos Názara añade que la consulta telefónica es resolutiva para ciertas cosas -renovación de recetas, alguna prueba complementaria y patologías sencillas-, pero para el resto es necesario ver al paciente, como así ocurre. «La consulta telefónica es cómoda porque reduce los hacinamientos dentro del centro y los contagios de enfermedades infecciosas, pero ni se trabaja menos ni es más fácil. Diagnosticar a distancia es más complicado y bajo una responsabilidad terrorífica del médico».