La arquitecta del rostro que hace sentir a la gente más guapa: «Potencio su belleza natural»

PONTEVEDRA CIUDAD

Fany Mayo montó en Pontevedra Musa Studio, especializado en diseño de cejas y maquillaje después de años trabajando para grandes firma de moda

30 sep 2021 . Actualizado a las 13:03 h.

Fany Mayo quería ser arquitecta. Y lo fue. Desde bien niña explotaba su parte más creativa. Le preguntaba a su madre qué trabajos había en los que hubiera que dibujar. Su madre le daba varias opciones, podía ser pintora, pero también arquitecta. Le gustó la idea. Así que cuando cumplió 18 años comenzó la carrera, pero el giro llegaría cuando quiso especializarse en interiorismo en espacios de moda. Hasta ahí, podía ser la vida de cualquier estudiante, si no fuese que ella cambió la decoración y la técnica por el maquillaje y otro tipo de arquitectura. «Me especialicé en estilismo y me enamoré del maquillaje», reconoce esta pontevedresa de 35 años, que tras especializarse en Barcelona, trabajó para L'Oreal o Shepora. Pero toda etapa tiene un final y la suya en la capital catalana, también. Regresó a Pontevedra, sabiendo que vivir del maquillaje en Galicia «es muy complicado». Fany se empeñó en hacerlo realidad. Bimba y Lola, Krack, Florentino o Adolfo Domínguez son algunas de las firmas para las que trabaja ahora, además de dedicarse al maquillaje de unas novias «más potentes» junto a Crazy Barber. A pesar de que eso le iba bien, quiso convertirse en su propia jefa y analizando el mercado vio donde había debilidades. «En Pontevedra no había sitios donde maquillar y diseñar cejas, así que volví a Barcelona y me preparé durante mucho tiempo hasta que vi que lo hacía bien y tenía algo de dinero para abrir mi propio estudio», apunta Mayo. Le costó dar el paso en plena pandemia, pero arriesgó. Se montó su mundo de color de rosa y le funcionó. Hace lo que le gusta en un entorno donde es rosa hasta el sofá. 

Si buscas Musa Studio en Google te pone bar de cejas. En realidad es eso. Así se le conoce en el resto de Europa, pero en España todavía no se ha acuñado. «Se puede decir que soy una arquitecta de cejas, las diseño, mido el rostro, los rasgos y en función de eso, hago un boceto de lo que sería mejor para tu cara», explica Fany Mayo, que tiene tal carga de trabajo, que su agenda suele estar completa a dos semanas vista y en determinadas épocas es difícil encontrar hueco el próximo mes. «Hago laminaciones de pestañas, pero ya no puedo coger más gente para extensiones», apunta sobre una carga de trabajo con la que no contaba en su primer año de vida. «Lo único que hago es hacer que alguien se sienta más guapa con lo suyo. Solo potencio la belleza natural de cada uno», resume Fany Mayo sobre su día a día. 

Tal es la carga de trabajo que ha tenido que dejar la pasarela 080 Barcelona Fashion, donde acudía habitualmente a maquillar para centrarse en su negocio y en las grandes marcas de moda gallegas. No echa de menos haber aparcado la arquitectura, quizás la crisis económica del 2006 le dio el impulso que necesitaba para dar un nuevo aire a su vida. «Nunca llegué a ejercer de arquitecta, cuando acabé el país estaba en una gran crisis y yo me fui a Barcelona. Fue una idea que tuvimos demasiados, así que me especialicé», subraya Fany, que nunca pensó en ser arquitecta de cejas. Ahora no lo cambiaría por levantar edificios.