Una enfermera de Pontevedra lanza una petición por la jubilación anticipada voluntaria

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Sole Gómez, enfermera de Pontevedra que lleva 33 años trabajando, impulsa una petición en internet por la jubilación anticipada voluntaria
Sole Gómez, enfermera de Pontevedra que lleva 33 años trabajando, impulsa una petición en internet por la jubilación anticipada voluntaria CAPOTILLO

Sole Gómez habla de un personal desbordado y agotado

19 may 2022 . Actualizado a las 11:47 h.

«Me llamo Sole Gómez, tengo 56 años y soy enfermera en salud mental». Así empieza la petición que esta profesional del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés lanzaba hace unos días en internet, a través de Osoigo, a los políticos del Congreso de los Diputados. Lo hace en representación de la plataforma Javiiss, que aglutina a cerca de 40.000 personas en toda España y que solicita la jubilación anticipada voluntaria en instituciones sanitarias y sociosanitarias. El relato de Sole Gómez continúa así. «Llevo 33 años trabajando, con la nueva reforma laboral tendría que trabajar hasta los 67 años. Es imposible rendir de la misma manera trabajando a turnos, con lo que esto conlleva en nuestras vidas tanto física, psíquica, social como emocionalmente».

La campaña que nace desde Pontevedra y que es de ámbito nacional tiene como primer objetivo recabar 1.500 apoyos. Ayer a primera hora de la tarde tenía 180. Los profesionales sanitarios y sociosanitarios exponen que están desbordados y agotados. «Trabajamos a turnos, con peligrosidad, ratios imposibles de cumplir, pacientes infecciosos, riesgos de agresiones, toxicidad por rayos y productos... Pedimos que se nos haga un estudio y se valoren todos estos ítems, y rebajar los años de jubilación sin que esto afecte en la pensión», expone Sole Gómez. Esta enfermera insiste en que ella es una más y en que no se puede olvidar la calidad asistencial que ofrecen. «Tenemos la sensación de que no estamos dando todo lo que tenemos en el trabajo porque no llegamos a atender a todas las personas que nos necesitan y llegamos a casa con sentimiento de culpa», asegura. En la petición añade que «si una paciente quiere hablar conmigo tengo que parar y dedicarle tiempo, tiempo que no tengo por los ratios que tenemos que cumplir». Concluye con un grito desesperado: «¡No podemos más! Lo exigimos por nuestra salud, pero también por la calidad asistencial que ofrecemos, porque el personal está mayor, saturado, maltratado... Es también una forma de que la gente joven salga de la precariedad, accediendo a un contrato digno».