Sentido adiós a Ana Noya, la radióloga del CHOP a la que adoraban los residentes

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ana María Noya Castro, radióloga del CHOP pontevedrés, en una foto cedida por sus compañeros
Ana María Noya Castro, radióloga del CHOP pontevedrés, en una foto cedida por sus compañeros CEDIDA

Compañeros de servicio destacan que procuraba mediar en conflictos y que estaba muy involucrada en la docencia y las obras sociales

02 dic 2022 . Actualizado a las 22:05 h.

El Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP) acaba de perder a la radióloga Ana María Noya Castro a los 63 años. Sus compañeros de servicio se despertaron este jueves con la triste noticia de su fallecimiento y quisieron destacar que fue un orgullo y una satisfacción trabajar a su lado los últimos treinta años. La definen como una profesional «de gran carácter, excelente persona y compañera», con la que siempre se podía contar. Dicen que Ana procuraba mediar en conflictos y estaba muy involucrada en la docencia y las obras sociales. «Luchadora hasta el último momento, Ana ha llevado con entereza durante mucho tiempo su larga enfermedad, a pie de obra hasta hace escasamente un mes y medio, cuando sus fuerzas le fallaron por completo. Solo pedimos para Ana que la recordéis con cariño. Un fuerte y cariñoso abrazo, muchas gracias. D.E.P. Siempre estarás con nosotros». Estas fueron las sentidas palabras que quiso difundir el servicio de Radiodiagnóstico del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés.

Compañeros que trabajaron con Ana recuerdan que era de Santiago y se formó como radióloga en Ourense. Después sacó la oposición y logró su plaza de adjunta. Rey Cons, rememoran, puso mucho empeño en su día en captar a Ana para que ejerciera como especialista en Pontevedra. Residía en Vigo, pero nunca quiso desligarse del CHOP. «Era una gran profesional, entregada a su trabajo, siempre con una actitud positiva y receptiva, que ponía al paciente en la cima. Nunca tenía un no para nada y siempre hacía el esfuerzo por quedarse más tiempo», destaca su excompañero el radiólogo jubilado Fernando Míguez. Respecto a la valía profesional de Ana Noya, hacen hincapié en que tenía una buena formación y la adoraban los residentes, a quienes les encantaban las rotaciones con ella. «Era un encanto de mujer, muy humana y receptiva a todos y a todo. Daba gusto compartir guardia con ella», subrayan.

Su familia confirmó que este viernes habrá una misa funeral en la iglesia parroquial de Santa María de Villestro, en Santiago de Compostela, a las 17 horas.