Igualó ante un Cayón que acabó el encuentro con solo nueve jugadores por dos expulsiones
24 sep 2023 . Actualizado a las 21:54 h.Los de Yago Iglesias no pasan del empate (1-1) ante un combativo Cayón que jugó los últimos diez minutos con 9 jugadores. Soplaba el aire en el Fernando Astobiza, pero no un aire del cantábrico, un aire más propio del sur de España. Aún con todo ello, el ritmo con el que dio comienzo la cuarta batalla en Segunda Federación para Cayón y Pontevedra era frenético. Impropio de un arranque liguero y más parecido a un duelo decisivo de final de temporada.
Los cántabros, caracterizados por su despliegue físico allá donde juegan, se encontraban cómodos y con una marcha más que los gallegos, a los que parece que les sorprendió el inicio del encuentro. Antes del 1-0, el primer zarpazo también fue gualdinegro. Dani Salas encontró el balón en el interior del área y su disparo al primer palo salió repelido por la madera tras tocarlo ligeramente Edu Sousa.
Un Edu Sousa que poco pudo hacer apenas cinco minutos después. Nuevamente, después del rechace de una defensa pontevedresa muy dubitativa, especialmente en los cuerpos a cuerpo, el capitán del cuadro local, Turrado, apañó el cuero y lo mandó a guardar. El tiro se marchaba fuera, pero el rebote en un defensor le cambió la dirección despistando por completo al arquero visitante.
Ante esto, al Pontevedra solo le quedaba una salida: dar un paso al frente. Y así fue. Adelantaron líneas, apretaron arriba y jugaron con balón en el campo de un rival al que solo le quedaba el juego directo a Cañizo, su ariete, para ganar las segundas jugadas y respirar.
En una de esas acometidas, Dalisson, el mejor de los granates, hilvanó una jugada combinativa por el flanco izquierdo. Sin oposición, apuntó, cargó el cañón y soltó un bombazo desde fuera del área al que no llegó Galnares pese a su estirada.
Con el paso de los minutos, y hasta enfilar el túnel de vestuarios, el ritmo de juego decayó poco a poco, convirtiéndose, por momento, en un partido insulso donde el balón no salía del centro del campo. El Pontevedra trataba de dominar, pero su ritmo era lento, con apenas movimientos más allá de las internadas de Bastos por banda derecha, o de alguna acción aislada de Dalisson.
No habían pasado ni dos minutos tras la reanudación y, precisamente Bastos, uno de los más destacados del encuentro, tuvo en sus botas poner en ventaja a los suyos con un mano a mano que solventó el arquero gualdinegro, desbaratando la que iba a ser la más clara de los gallegos hasta la recta final del partido.
Las expulsiones
Yago introdujo cambios. Sentó a un desaparecido Rufo, y a Dalisson, para dar entrada a Chiqui y a Valen en busca de piernas frescas. Pero ni con esas. De hecho, con los cambios que también realizó Luis Fernández la balanza del encuentro se estaba declinando en favor del Cayón hasta que entró el juego el árbitro.
Una jugada aislada por banda derecha concluyó con dos expulsiones directas en los locales. Primero Álvaro Raba, por una presunta agresión, y segundo Riki, con motivo de una protesta hacia el linier.
Con dos futbolistas más sobre el verde, no quedaba otra que apretar, y en las botas de Garay y de Chiqui estuvo el triunfo. Sin embargo, la falta de acierto de cara a gol hizo que el Pontevedra regrese a tierras gallegas con un punto para concluir la jornada en séptimo lugar.
Cayón: Galnares, Gabi (Mier, min 79), Alvarito (Montiel, min 69), David Sanz, Cagigas (Raba, min 69), Cañizo, Turrado (Hitoshi, min. 69), Riki, Héctor Alonso, Dani Salas (Jesús Villar, min 60) y Resines.
Pontevedra: Edu Sousa, Churre, Mario Gómez, Garay, Álex González, Samu Mayo, Ángel Bastos, Charly, Yelko, Dalisson (Jaichenco, min 78) y Rufo (Chiqui, min 65).
GOLES: 1-0, min 9, Turrado. 1-1, min 20, Dalisson.
ÁRBITRO: Barrio Salas, colegio vasco. Amarilla a Cañizo, Héctor Alonso, Gabi y a Raba. Roja a Raba, min 86 y Riki, min 87.
Yago Iglesias. «Hay que darle mérito al punto que hemos conseguido»
Un empate ante un equipo que acabó el encuentro con dos jugadores menos por sendas expulsiones siempre puede dejar un sabor de boca amargo, pero Yago Iglesias lo valoraba. «La valoración del partido no puede ser positiva, evidentemente, porque no hemos ganado, pero hay que darle mérito al punto por el campo al que vinimos, por el rial al que nos enfrentamos y, sobre todo, por cómo empezó el partido, que empezamos perdiendo muy prontito» recuerda el entrenador del Pontevedra.
Iglesias explicó al finalizar el encuentro, las dificultades que se encontró su equipo para superar a un rival que tenía un plan de partido muy claro y que, reconoce, les hizo estar incómodos durante los primeros minutos. Todo cambió tras el descanso, en su opinión. «La segunda mitad fue totalmente nuestras, jugando en campo contrario, generando situaciones de gol, pero no pudimos conseguir el premio de la victoria, por déficit de acierto en el último pase y en la finalización», afirma.
El entrenador del Pontevedra explicó las dificultades que se encontró su equipo en la segunda parte. «Cuando te enfrentas a un equipo que defiende con ocho jugadores muy cerca del área es difícil encontrar espacios y huecos y, a pesar de eso, lo hemos hecho», apunta Iglesias, que subrayó que partidos como el que se terminó jugando ayer se resuelven más por acciones individuales que por el juego colectivo. «Al final, se trata de estar bien posicionados para generar hombres libres. En este caso por fuera para encontrar los caminos para poder meter la pelota en el área, pero ya depende un poco del acierto de cada jugador», subraya, y apunta que el gol llegó por una jugada que a nivel táctico estuvieron trabajando durante toda la semana, y que se pudo repetir con otra de Garay que en este caso detuvo el portero con una gran intervención.