
Mala experiencia en Pontevedra
Dos amigas viajamos en tren a Pontevedra. Después de una mañana espléndida en un free tour, comprobamos que por la tarde celebraba una prueba de triatlón. Al final del tour y debido a las obras de canalización eléctrica sufro una caída fortuita estando en el grupo con guía. Me incorporo conmocionada y nerviosa pero la guía ya nos diera la última explicación. Le pedimos que nos indicara un centro médico y nos envía en dirección contraria. Preguntamos y volvimos para atrás, aunque yo caminaba con dificultad a causa de los golpes en la rodilla izquierda. También iba sangrando por la nariz. Avisamos un taxi; fue misión imposible porque no había ni uno en las paradas. Mientras, los coches de policía estaban vacíos. ¡Un caos! Al final, después de mucha espera, conseguimos un taxi. Nos dijo el conductor que estaba todo colapsado. Nos vamos al Montecelo, donde recibí una atención correcta y profesional. No se aprecia fractura. Solo una fuerte contusión en la rodilla izquierda y hematoma importante en el tabique nasal, me dicen. Nos avisan a un taxi para volver a A Coruña en tren. Tras una larga espera, alguien nos informa del lugar dónde se encuentra la parada del autobús. Conclusión: señores políticos me parece que lo sucedido es un despropósito Los eventos se pueden celebrar en zonas periféricas o poner vías alternativas para las urgencias. María Ares. A Coruña.
Delincuentes
Estamos asistiendo al inicio de una guerra en donde la tecnología al servicio de los delincuentes toma el mando de la educación infantil y juvenil y pone a la sociedad contra las cuerdas. Las mentes pícaras de delincuentes comunes usan la tecnología para abrir las cuentas corrientes más protegidas y las mentes más vulnerables, niños y jóvenes a los que debiéramos haber protegido. Nuestra vanidad por demostrar lo que somos nos ha superado y se ha vuelto contra nosotros; ahora toca inventar otra vacuna distinta a la educación. Parece complicado si quien debe hacerlo es quien ha creado el virus. Luis Cabaneiro. Lugo.