La mayoría de los chiringuitos de playa echaron el cierre

Bea Costa
BEa Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

SANXENXO

MONICA IRAGO

Fue un buen verano para el sector, aunque no tanto como el del 2016, según afirman los empresarios

11 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El calendario dice que estamos en verano y el sol y el calor todavía pueden apretar este mes, pero el ambiente agosteño parece ya muy lejano. El fin de semana fue gris, hoy empieza el colegio de los niños y en la playa ya no quedan chiringuitos. La mayoría de estos puestos de comida, bebida y helados recogieron los bártulos este fin de semana ante las previsiones de mal tiempo, aunque alguno resiste. «Os da Lanzada xa os pechamos. O de Silgar (Sanxenxo) aínda botará unha semana máis, pero vai depender do tempo como veña», según explicaba Carlos Castaño, el propietario de los chiringuitos y puestos de hidropedales y de sombrillas en estos arenales de O Grove y Sanxenxo. También recogieron la mayoría de los de A Illa, donde este verano abrieron más de una decena de chiringuitos ante la creciente afluencia de bañistas de los últimos años. Cada vez son más los que descubren este paraíso enclavado en medio de la ría de Arousa, y esto favorece el negocio a pie de playa. Pero, pese a ser el del 2017 un verano de récord en afluencia de turistas en Galicia, en los chiringuitos no lo ha sido tanto.

El 2016, irrepetible

Imposible igualar las cifras del 2016, afirman los empresarios. El verano pasado, además de gente, hubo muy buen tiempo, y eso, en este sector, es clave. «Se non hai calor, a xente non bebe nin lle apetece tanto coller un hidropedal para ir ao mar. O verán non foi malo de todo, houbo moitos días de traballo pero as ventas non son tantas cando hai poucos graos», según explica Carlos Castaño.

Su análisis coincide con el otros empresarios consultados por esta redacción. «Xuño foi moi bo porque houbo días de trinta graos, pero xullo foi un desastre, e en agosto sempre hai xente. O 2016 foi mellor», apunta Asunción Poza en su vigesimoséptimo año al frente de un chiringuito en O Bao (A Illa). Las hay todavía más veteranas. Elvira lleva treinta y un años sirviendo bocadillos y bebidas en Area da Secada y constata que los últimos veranos han sido muy buenos. «Nós este ano tivemos que coller dous empregados», comenta. La isleña espera poder repetir tras el mostrador dentro de un año, o quizás antes. «Se volve o bo tempo igual abrimos outra vez este mes». El sol manda.